La situación de Venezuela a nivel de proveedores de alimentos ha llevado a la cadena de comida a rápida a tener que suspender la venta de su hamburguesa emblema en los establecimientos desde este jueves, cuando lo ha hecho público a través de un comunicado. El país suramericano sufre todo tipo de problemas de producción y distribución de alimentos y falta de recursos económicos para importar lo que necesita, que hace inviable para muchas marcas, prestar sus servicios a cabalidad.
La empresa estadounidense McDonald’s, no ha dado detalles de los motivos exactos de la decisión. “En McDonald’s Venezuela trabajamos para solventar esta situación temporal. Junto a nuestro proveedor estamos evaluando las distintas opciones que nos permitan seguir ofreciendo productos de calidad”, explican en una información que ha sido enviada hace pocas horas a la agencia AFP.
A pesar de no conocerse de forma oficial las razones precisas por las que se ha dejado de vender este producto icónico de la cadena de hamburgueserías, medios nacionales señalan que la decisión se debe a la falta de la rebanada de pan del medio que separa las dos piezas de carne, que es básica para la producción del Big Mac.
El resto de productos seguirán a disposición del público venezolano, mientras se subsana esta situación, que no es la primera, en la que McDonald’s se ve obligado a dejar de ofrecer un producto básico de su menú, por la compleja situación productiva del país suramericano, pues entre enero y noviembre de 2015, no pudo ofrecer sus clásicas papas fritas, porque era imposible importarla según las especificaciones necesarias. El producto volvió a ser vendido, al realizarse con papas venezolanas, pero tuvo que aumentarse su precio, debido a que los costes de producción eran mucho mayores a nivel nacional.
Según estimaciones se reseña en el diario El País, la población venezolana sufre la escasez del 80 por ciento de los alimentos y medicinas necesarias para mantener su calidad de vida.