Buenos Aires, Argentina.- Puedes tener decenas de años en el mercado, pero siempre debes renovarte y McDonalds lo sabe. Por eso, los clientes de la Argentina pueden disfrutar ahora de un nuevo sabor en las hamburguesas: Hot Pepper. Habitual en otros países, nunca había sido usada en la Argentina. Lo malo: enfrenta una denuncia por evasión de 1.000 millones de euros.
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“Una salsa ahumada y picante que revolucionará el paladar de los consumidores”, promete McDonalds en los comunicados de prensa con que anunció la novedad.
Se trata del lanzamiento en la Argentina de la salsa Hot Pepper, que desde ahora viene con el McCombo Angus, “una combinación del sándwich premium Angus con tomate, lechuga, bacon, queso cheddar, cebolla morada y la nueva salsa Hot Pepper”, explica la marca de comida rápida más famosa.
Según se adelantó, también estará en el McCombo Pollo.
Este no ha sido el primer lanzamiento de la marca en el año. En enero, en plena temporada de verano y como parte de la acción de marca por la película de los Pingüinos de Madagascar, McDonalds presentó las “Shake Shake Papas”.
Problemas
La noticia se da en el marco de dos novedades no tan gratas para McDonald’s. En primer lugar, y por la caída en las ventas, se acaba de anunciar que su consejero delegado, Don Thompson, se retira después de tres años en los que la cadena anduvo sin rumbo. Se considera que fracasó al intentar ajustar el menú a las nuevas tendencias para contener la fuga de clientes. Desde marzo lo reemplazará Steve Easterbrook, el actual jefe de marca. Un británico que lleva dos décadas en la cadena.
Por otro lado, este miércoles, la cadena de comida rápida estadounidense fue denunciada por evasión. Se dice que utilizó una filial en Luxemburgo para evadir cerca de 1.000 millones de euros en impuestos entre 2009 y 2013. La denuncia es de varias organizaciones sindicales europeas y estadounidenses que piden una investigación a la Comisión Europea.
De acuerdo con la información de los sindicatos, la compañía tenía un complicado sistema interno por el que obligaba a sus restaurantes a enviar una porción de los ingresos a Luxemburgo. Allí, sólo con 15 empleados, registró negocios por 3.700 millones de euros, de los que pagaba centavos en impuestos.