McDonald’s se burló de las cafeterías hipster que basan parte de sus modelos de negocio en experiencias que resultan en muchas ocasiones cuestionables.
Shops es la campaña lanzada porMcDonald’s para promocionar el café que vende dentro de los restaurantes que conforman su cadena, destacando el precio, debido a lo costoso que resulta consumir en cafeterías con las que se compara.
La campaña fue realizada para McDonald’s Reino Unido por la agencia Leo Burnett London, con Matt Lee y Pete Hayes como directores creativos; Sam Houlston, en la dirección de cuenta; David Riley, agencia productora; Tony Barry, director y Knucklehead compañía productora.
El consumo de café en el mundo ha dado la pauta para formar un enorme mercado que se mide en valor de marca de grandes cadenas que venden la bebida y productos con un enorme número de ventas, debido a la cantidad de países en los que tienen presencia.
Los Países Bajos, Finlandia, Canadá, Suecia y Alemania se convirtieron en los mercados donde mayor consumo de café se registraba, esto según una proyección de Euromonitor y CBC/Radio-Canada.
Starbucks, por ejemplo, una de las cadenas de tiendas dedicadas a la venta de café, registró un valor de marca de 43 mil 565 millones de dólares, según proyecciones de Millward Brown.
La apuesta de McDonald’s en compararse con cafeterías hipsters tiene un fundamento comercial y nos recuerda el incidente protagonizado por la escritora Jamila Rizvi, quien jamás imaginó que criticar la presentación con que le fue servido un café se convirtiera en un fenómeno viral tanto en Facebook como Twitter, en donde criticó que tuvo que esperar 20 minutos por una taza de café.
“Quería un café, no un experimento de ciencia. Prefiero tomar mis bebidas de una vajilla y no de vasos de precipitados”, cita la publicación de Rizvi.
En 48 horas su post en Facebook generó en esa ocasión dos millones de vistas, cerca de siete mil comentarios, más de 23 mil impresiones y más de cinco mil veces en que fue compartido.