A pesar de que recientemente McDonald’s disparó sus ventas gracias a la inclusión del pollo frito en su menú, podría haber entrado tarde a esta moda. Y es que, de acuerdo con las principales cadenas de comida rápida en Estados Unidos, las granjas de pollo se han visto rebasadas por la demanda, tanto así que muchos de estos restaurantes se han visto obligados a cancelar órdenes o simplemente decirles a sus clientes que se les terminó el pollo.
Desde hace poco más de un año, la cadena de comida rápida Popeyes lanzó una hamburguesa de pollo frito que causó sensación. Desde entonces, la demanda no ha parado de crecer en Estados Unidos y más de 40 marcas se han unido a la tendencia, incluyendo a las cadenas más conocidas KFC, Chick-fil-A, Burger King, Wendy’s, etc.
Sin embargo, parece ser que a McDonald’s le falló el timing en su estrategia, pues, 18 meses después de que Popeyes lanzó esta variedad de producto, la cadena de la cajita feliz al fin se decidió y entró a este mercado. Y aunque sus resultados fueron favorables, revirtiendo los malos números del pandémico 2020, puede que haya entrado en el peor momento de esta “guerra del pollo”.
Al parecer, McDonald’s se resistió durante mucho tiempo a competir contra rivales especializados en el pollo, como KFC y Chick-fil-A, debido en parte a problemas estructurales como la falta de suficientes freidoras en sus sucursales. Sin embargo, se decidieron a entrar a esta moda después de analizar que se trata de un mercado en crecimiento y una preferencia que, además, tiene síntomas de consolidarse entre los consumidores en el largo plazo.
La demanda está superando a la oferta y ahora la guerra ya no solamente será por quién ofrece los mejores sándwiches y hamburguesas de pollo, sino quién puede asegurar el abastecimiento de aves de corral.
El problema, además de la explosión del gusto por las hamburguesas de pollo, es que durante la pandemia, muchas familias están optando por este tipo de platillos en sus pedidos a domicilio como nunca antes. Y, por otro lado, las afectaciones que la tormenta de nieve trajo a Texas a inicio del año generaron daños incalculables entre los productores de este estado, uno de los más grandes productores agrícolas en el país. Tanto así que una de las granjas más grandes de la región, Sanderson Farms, se vio obligada a dejar de producir por los problemas que tuvo al tratar de restablecer sus sistemas eléctricos. Por ello, la empresa terminó sacrificando medio millón de pollos por falta de electricidad, en medio de una tormenta invernal.
Esta crisis excepcional generó que las alitas de pollo con hueso se vendieran hasta 50 por ciento más caras, sin embargo, algunas cadenas como Wingstop lograron negociar con sus proveedores para que el impacto del precio final a los consumidores fuera solamente del 28 por ciento.
Hasta los robots están “ayudando”
Pero ahí no termina el problema, una de las productoras más grandes de Estados Unidos, Pilgrim’s Pride, está teniendo muchas dificultades para encontrar trabajadores para sus granjas, tanto así que ya se decidió a gastar hasta 40 millones de dólares en lo que resta del año para retener a la mano de obra necesaria y asegurar la producción. Y no solamente eso, también está introduciendo robots para suplir a la fuerza de trabajo humana y poder cumplir con la creciente demanda en los restaurantes de comida rápida.
Las ventajas insuperables de McDonald’s
Una locura comercial y una guerra que, sin embargo, McDonald’s está dispuesta a pelear y, dada la magnitud de su tamaño, podría ganar. Y es que McDonald’s cuenta con 13 mil 846 unidades en todo Estados Unidos, casi la misma cantidad que en conjunto representan juntos Chick-fil-A, Popeyes, Yum-owned KFC, Church’s, Wingstop, Zaxby’s, Bojangles y El Pollo Loco.
Además, los buenos números que registró la inclusión del pollo en el primer trimestre del año, al tener ganancias netas de mil 540 millones de dólares, alientan a los directivos a seguir con este proyecto.