McDonald’s es una marca de comida rápida que alcanzó un valor estimado de 88.65 mil millones de dólares este 2016.
El anterior número es un importante indicador del impacto que una marca de restaurantes tiene en el día a día del consumidor y a partir de esta trascendencia, el interés publicitario de marcas como McDonald’s genera contenidos en los que se apuesta en las relaciones emocionales con el consumidor con resultados realmente interesantes.
Prueba de lo anterior lo ofrece la última campaña de McDonald’s, The Boy Who Loves to Study (el hombre que amaba estudiar) con más de un millón 341 mil reproducciones en YouTube.
La campaña se convirtió en un importante recordatorio de las estrategias publicitarias que conectan con el consumidor a partir de un discurso emocional.
Desde esta percepción encontramos que una fuerte apuesta de esta publicidad es centrar la atención del consumidor en los valores que comparte la marca frente a un mercado, donde resulta indispensable comunicar campañas alineadas a este discurso.
Trabajar campañas bajo esta dinámica ha motivado que otras marcas del sector como Chipotle apuesten con la realización de anuncios que han alcanzado más de 17 millones de reproducciones en YouTube como ocurrió con The Scarecrow, una campaña animada que logró promocionar a la cadena de comida rápida a través de un discurso donde los contenidos buscan en todo momento apelar al lado emocional del consumidor de manera exitosa, tal como puede verse por el número de reproducciones alcanzadas.