La Copa Mundial Femenina de la FIFA ya se estå jugando y aunque México no estå representada con su Selección Nacional lo cierto es que Latinoamérica si lo estå y lo que esperamos es que se rompan algunos récords en la historia de esta competición y, también, de otros torneos relacionados.
En mi columna pasada, mencionaba la importancia de la consistencia/congruencia que debe existir entre la comunicaciĂłn de las marcas que se estĂĄn relacionando con el fĂștbol femenino. Mi preocupaciĂłn, que considero legĂtima, es que muchas marcas quieran enarbolar una bandera de empoderamiento y equidad, pero que solo sea de âdientes para afueraâ y que no activen fuertemente: que no sea el empuje hacia una causa sino que sea ayudar a una causa porque mejora mi negocio solamente. Hay una gran diferencia en ello.
Aunque tambiĂ©n hay otro lado para analizar: las organizaciones deportivas. Tanto Selecciones o Federaciones y por otro lado los clubes, deben tambiĂ©n ser conscientes de que el fĂștbol femenino requiere ganar espacios y cualquier oportunidad de mayor visibilidad debe ser aprovechada al mĂĄximo. Y entiendo la encrucijada, si urge cerrar la brecha econĂłmica, entonces urge que el fĂștbol femenino tenga mejores cuentas y dividendos, y para ello requiere mayor divulgaciĂłn, alcance, ratings, seguidores y fans en las canchas. Y aquĂ es donde entra una gran disyuntiva Âżaprovechas la masa crĂtica que el fĂștbol varonil
ha construido para tener mĂĄs alcance y visibilidad y a la vez, atraer nuevos fans y promover este producto o le creas un espacio propio para realizar una construcciĂłn nueva? Es bien difĂcil responder a esta pregunta, pero tratemos de analizar. Desde mi perspectiva hay dos grandes factores a considerar, el primero es el deporte por sĂ mismo. AsĂ como Amor es Amor. Futbol es Futbol. Si compartimos y creemos en esta mĂĄxima, tenemos que confiar en que el deporte por sĂ mismo, cuenta con los valores suficientes para emocionarnos: no importa si es un equipo femenil, varonil, de menores, etc., son tus colores, te apasiona, sufres, gritas un gol. Y por otro lado, encontramos la parte funcional/operativa donde una InstituciĂłn tiene que decidir cĂłmo comunicar de cara hacia el exterior y cuĂĄl es su modelo de negocio. El riesgo que se ha corrido es crear una segmentaciĂłn que termina mostrando una brecha poco atractiva en tĂ©rminos de masa
crĂtica para atraer inversiones: el storytelling de ventas sigue yendo hacia apoyar el desarrollo del fĂștbol femenil y no tanto en un enfoque de Retornos de InversiĂłn sustancial.
No se duda de que haya organizaciones que vayan en ese sentido, pero se sabe que no es lo comĂșn aĂșn.
Para muestra, haciendo un anĂĄlisis de las cuentas de Instagram de los clubes de la LigaMX encontramos datos bastante interesantes: en promedio la diferencia entre la cantidad de seguidores del equipo varonil y el femenil es del 77.97% (y eso se traduce en otros indicadores como reach y viewability) que a la vez se traduce en tracciĂłn en tĂ©rminos de negocio. Como dato curioso, el caso de FC JuĂĄrez es atĂpico en el fĂștbol mexicano, la diferencia entre el equipo varonil y el femenil es de apenas del 33.9%, mientras que los
Pumas la diferencia es del 90%. Esto no es culpa ni responsabilidad de nadie, es la respuesta del mercado y, si le quitamos el tema social o de causa, es poco atractivo para anunciantes, hay que ser claros con eso.
En el caso de Selecciones Nacionales, los datos son similares aunque tambiĂ©n hay casos excepcionales. MĂ©xico, Francia, Inglaterra, Alemania y España muestran diferenciales de mĂĄs del 90% entre su perfil en Instagram varonil con respecto al femenil. En 81% se encuentra Noruega, mientras que Suecia se encuentra en el rango del 49%. Estados Unidos que cuenta con mucha tradiciĂłn de fĂștbol femenil y es uno de los paĂses mĂĄs avanzados en este sentido es el que tiene la brecha mĂĄs corta con un 12%, mientras que la USMNT (varonil) cuenta con 2.5M de seguidores, la USWNT (femenil) cuenta con 2.2M, 300 mil
seguidores menos.
Otras selecciones como Argentina, Colombia y Brasil optaron por un camino distinto: integran la comunicaciĂłn en Instagram a travĂ©s de una misma cuenta para sus selecciones sin importar el gĂ©nero. Estas diferencias las vamos a encontrar tambiĂ©n en otras plataformas sociales incluyendo trĂĄfico a sitios web con otros nĂșmeros, pero estĂĄn. En mi particular punto de vista, la unificaciĂłn es el mejor camino para una SelecciĂłn Nacional como lo hacen Argentina, Brasil y Colombia: mientras que garantizas mayor alcance y mayor visibilidad (algo que ya sabemos que es muy necesario), a la vez resuelves un tema muy operacional de tener mĂĄs contenido el mayor tiempo posible en las plataformas de SelecciĂłn que a diferencia de los Clubes, no cuentan con actividad diaria como entrenamientos y un pre/post partido semanal como sĂ sucede con los participantes de las Ligas. Es decir, la integraciĂłn de la comunicaciĂłn resuelve varios problemas operacionales, funcionales y ademĂĄs ayuda a tener mĂĄs alcance, visibilidad y appeal. Claro, este camino tiene sus contras, dentro de las corrientes actuales la bĂșsqueda de espacios
propios se ha vuelto importante y tambiĂ©n si el modelo de negocio es segmentar el patrocinio o buscar patrocinios Ășnicos por equipo, es claro que las plataformas deben segmentarse y crear un ecosistema propio.
Los clubes tienen la ventaja de tener la mayor parte del año a sus jugadores (de toda su estructura) por lo que es comĂșn ver cuentas segmentadas en varonil, femenil, fuerzas bĂĄsicas y eso a la vez da la oportunidad de tener una mayor cantidad y diversidad de contenidos y prĂĄcticamente tener vivas sus comunidades todo el año. El reto para las Selecciones Nacionales (que por naturaleza no tienen ese nivel de actividad) es generar la mayor cantidad de contenidos y evitar la variabilidad de performance en sus publicaciones para afectar lo menos posible a los famosos algoritmos por ejemplo. Y asĂ podemos seguir, lo importante es entender que cada caso, sea Club o SelecciĂłn tiene que elegir la mejor estrategia que le permita ayudar al crecimiento del fĂștbol femenil.
De tal manera que no hay camino o respuesta correcta o incorrecta en este tema. Se tiene que elegir lo mejor en tĂ©rminos de todas las perspectivas: negocio, desarrollo de la mujer en el deporte, operaciĂłn y funcionalidad. Son decisiones que no son fĂĄciles de tomar, pero que deben analizarse de forma Ăntegra. Y es que al final, la viabilidad de cualquier producto recae en su rentabilidad, y tenemos que lograr que el fĂștbol femenino siga creciendo y sea rentable. Claro que se puede. Estoy convencido de ello.