Los analistas, tras conocerse los resultados coinciden en que Matteo Renzi se la jugó al personalizar el referéndum, cuando ofreció dimitir si su proyecto de reforma constitucional perdía en el referéndum, tal como ha sucedido. El aun primer ministro ha asumido “toda la responsabilidad de la derrota”, después de felicitar a los que apoyaban el no.
Con una participación del 68,2 por ciento, los italianos han rechazado el plan de Renzi, aunque muchos expertos opinan que la personalización ha llevado a la población a convertirlo más en un plebiscito sobre la gestión del primer ministro que en una decisión sobre la propuesta de reforma.
Renzi, ha explicado que “cuando uno pierde no se va a dormir silbando como si nada. Aquí termina mi experiencia de Gobierno” y ahora es el turno de que el presidente de la República, Sergio Mattarella, decida sobre el nuevo titular del Ejecutivo.
Renzo presentará este lunes su renuncia, tal como anunció tras conocerse los resultados, lo que arroja ahora gran incertidumbre no solo sobre Italia, que está algo más acostumbrada a los cambios, pues ha tenido 63 gobiernos en 70 años, sino en Europa,
Mientras sus detractores celebran, Renzi ha pasado de tener una gran posición a nivel internacional a ser responsable de una situación en la que Italia una vez más se lanza a la incertidumbre, al tiempo que se abre nuevos espacios a movimientos ultraderechistas.
La rotunda victoria del no (59,11 por ciento) frente al sí (40,89 por ciento) también ha afectado a la Unión Europea como proyecto y por ende a su economía, con un euro que cayó a su nivel más bajo desde 2015, acercándose a la paridad con el dólar al cotizar a 1,055 unidades ante la moneda estadounidense.