Esta columna es sumamente complicada, las mascotas son un tema que requiere increĆble tacto para analizar. Los que me han escuchado en conferencias sobre el tema sabrĆ”n que reconozco que las mascotas son parte inexorable del futuro de empresas, establecimientos y hogares. El censo de mascotas en MĆ©xico es impreciso pero cifras recabadas por Merca2.0 ubican su nĆŗmero en aproximadamente 30 millones de animales con un valor de mercado de poco mĆ”s de 2 mil 300 millones de dĆ³lares al aƱo, el propio departamento de investigaciĆ³n estima que esa cifra crecerĆ” 10 veces en los prĆ³ximos 5 aƱos. Empresas de investigaciĆ³n como Consulta Mitofsky estimaban en 2015 que 55 por ciento de los hogares tenĆan mascota; si el comportamiento de los Estados Unidos nos dice algo, los reyes de la categorĆa son los perros, despuĆ©s los gatos y en tercer lugar los peces.
Las mascotas son importantes para la sociedad y se han convertido en el indicador clave de mejora econĆ³mica de la clase media en MĆ©xico, se estima que el costo anual de una mascota puede ser parte importante del gasto familiar. SegĆŗn la misma casa de estudios, 46 por ciento de los dueƱos de mascotas compran comida especial para alimentar a sus animales. Estos nĆŗmeros dejan claro que las mascotas tienden a crecer en nĆŗmero e importancia en los hogares mexicanos.
Las mascotas y las emociones
Ciertamente las mascotas son un tema emocional muy importante y admitirĆ© que aunque no tengo una, no guardo rencor hacia ellas, de hecho, en el contexto correcto tendrĆa un perro. Pero este no es un tema de preferencias, hace algunos dĆas consultĆ© a uno de los abogados constitucionalistas mĆ”s importante de nuestro paĆs para comprender mejor el tema, si las mascotas crecerĆan en importancia para el consumidor, es mi responsabilidad entender el marco legal en el que sucederĆ”. Mi amigo abogado me explicaba que el tema de mascotas en el mundo es complicado, dos derechos chocan, por un lado el dueƱo de la mascota tiene derechos y por otro lado el que no gusta de mascotas quiere no ver perros, gatos o peces (no veo la razĆ³n pero seguramente hay alguien que no gusta de los animales acuĆ”ticos).
El asunto se complica mĆ”s si se agregan factores emocionales, otro buen amigo me decĆa que el amor intra especies es algo real y sumamente importante, en especial cuando el nido queda vacĆo. De joven vi llegar perros a casa de mis padres justo cuando los hijos Ćbamos de salida, lo que confirma la historia. Un vecino me ha explicado que en cierta medida sus mascotas son hijos, visiĆ³n que algunos no comparten, asombrosamente los dueƱos de mascotas no pueden creer. Es algo que he descubierto sobre la intolerancia, muchas veces tiene dos lados. No serĆ© iluso en menospreciar el valor emocional de las mascotas, ciertamente son parte intrĆnseca de una educaciĆ³n sensible y balanceada de los niƱos (si me permiten un poco de humor, siempre he pensado que los mejores perros son los ajenos, los disfrutas, pero no eres responsable de ellos). Otro aspecto importante de la discusiĆ³n es que no todos los dueƱos de mascotas son responsables, hace algunos meses vi a una persona dejar a un perro sin atenciĆ³n repetidamente durante varios dĆas. No hay duda, tambiĆ©n hay incontables e imperdonables casos de tortura animal. Muchos otros evitan recoger las heces de sus animales, afortunadamente he detectado que los mĆ”s crĆticos de este comportamiento son dueƱos de mascotas.
Para los centros de convivencia humana, las mascotas son un tema importante a resolver. En oficinas hay personas que gustarĆan de traer a su mascota y otros que renunciarĆan si sucede, claramente no hay un ganador en la discusiĆ³n, el tema se ha vuelto muy polĆ©mico y probablemente en el futuro cause tanto debate como el aborto, preferencias polĆticas o sexuales. Para los que piensan que es una exageraciĆ³n sĆ³lo falta ver una pelea entre una persona a favor y encontra de las mascotas para ilustrar la magnitud del rompimiento ideolĆ³gico. Sin embargo, en este sentido hay soluciones mĆ”s claras y la mercadotecnia es quien puede ayudar. Crear edificios que permitan o no mascotas parece un primer paso, pero la ley permite libertad en propiedad privada lo que derrumba esta idea, tal vez la salida sea establecer espacios exclusivos, de la misma manera en que lo hacen lo fumadores, este Ćŗltimo camino abrirĆa la puerta a oficinas o restaurantes totalmente pet friendly.
Si has llegado a esta parte del texto verĆ”s que el objetivo no es sumar o restar valor a las partes, el objeto es poner luz a un reto enorme a nivel social, institucional y mercadolĆ³gico. Hoy hacer un establecimiento pet friendly es sabio y una buena tĆ”ctica de marketing; sin embargo, lo mismo sucede en el extremo opuesto. Para cada mercado existe un contra-mercado, los establecimientos que no permitan mascotas tambiĆ©n tienen un mercado importante. La lecciĆ³n es que no existen balas de plata, habrĆ”n personas que sigan corriendo hacia el derrumbe de un edificio para salvar un perro, pero habrĆ”n otros que no vean valor en tal acciĆ³n. Las mascotas sĆ³lo crecerĆ”n, en EEUU se estima que 68 por ciento de los hogares cuentan con una, hay oportunidades gigantes, tan sĆ³lo en 2015 segĆŗn el Instituto de InformaciĆ³n de Seguros (https://www.iii.org/fact-statistic/facts-statistics-pet-statistics) en ese paĆs se recolectaron 774 millones de dĆ³lares en primas al segmento.Ā
El refrĆ”n popular dice āhay un roto para un descosidoā lo mismo aplica ahora para los estrategas de marketing, hay oportunidad en atender los dos mercados ya que como correctamente apunta mi amigo legalista, son dos derechos los que hay que atender, desde mi trinchera dirĆa, hay dos mercados que satisfacer.Ā Ā