• Según Nikkei, HP y Dell en conjunto dominan el 40 por ciento del mercado global de computadoras personales

• Para 2017, las importaciones y exportaciones tecnológicas en China valían 10 billones de dólares, según a firma QianZhan

• También marcas deportivas, como Adidas y Nike, están uniéndose al éxodo fuera del país asiático

La ventaja en la guerra comercial de nuevo parece haberse inclinado a favor de Estados Unidos (EEUU). De acuerdo con Nikkei, HP, Dell y Microsoft retirarán una parte importante de su producción de electrónicos fuera de China. A estas marcas se le sumarían también Amazon, Google, Sony, Nintendo y Xbox; éstas últimas cuatro por el mercado de consolas. Asimismo, Acer y Asus sacarían la manufactura de sus laptops fuera del país asiático.

Fuentes aseguraron a la agencia que HP y Dell planean sacar hasta 30 por ciento de su producción fuera de China. Todas las tecnológicas involucradas aparentemente están realizando el cambio a raíz de la incertidumbre que ocasiona la guerra comercial con EEUU. Sin embargo, es poco probable que toda su manufactura salga de Asia. De hecho, solamente serían las operaciones relacionadas con los productos para su venta en América del Norte.

Otro punto a favor de Donald Trump en la guerra contra China

El conflicto económico entre ambas potencias ha sido, cuando menos, volátil. Y la situación de Apple, ha dicho en diferentes momentos que quiere tanto salir de China como reforzar su presencia en el país. Pero en otros frentes, las afectaciones a ambas partes han sido más claras. Varios consumidores y marcas se han aliado con Huawei, para desgracia de Google. A la vez, aunque hay esperanza de una tregua, el daño ya está hecho en la nación asiática.

Pero es indudable que este es un golpe contundente a China de parte de EEUU. Desde un inicio, la intención de la administración americana era detener la “violación comercial”. Así que la salida de tantas tecnológicas serviría a que el país norteamericano redujera el déficit financiero que tiene su gran rival. Y, al mismo tiempo, reducir el empuje económico de ésta.

Por otro lado, el que las compañías salgan de China podría probar ser particularmente caro para EEUU en el corto plazo. Trasladar la producción de dispositivos electrónicos no es un proyecto sencillo. Se debe invertir en nuevas instalaciones y en la capacitación de nuevo personal local. Al menos en el corto plazo, este factor incrementará el precio de los productos que entren al continente americano. Y, para los consumidores finales, significará mayor gasto.