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Estos resultados se obtuvieron de una encuesta sobre deepfakes a mil usuarios de Estados Unidos
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Casi seis de cada 10 personas dicen que confían menos en las noticias por cable que hace tres años
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Los Baby Boomers están más dispuestos a calificar como negativa esta tecnología
Desde hace unos años que los deepfakes se han vuelto parte de la realidad mediática diaria. Grandes personajes como Mark Zuckerberg, líder de Facebook, han sido víctimas de esta tecnología. Con el paso del tiempo, han ido surgiendo más apps que han demostrado la capacidad de esta innovación para el entretenimiento. Y en más de una ocasión, se le ha catalogado como una de las nuevas grandes herramientas de manipulación política y social.
Varios agentes de hecho se han dedicado a explicar y analizar el peligro que representan los deepfakes. De acuerdo con PYMNTS apunta que estos recursos pueden ayudar a agentes maliciosos a distribuir información y noticias engañosas de forma casi impune. Happy Mag en cambio apunta que también se han utilizado extensamente en pornografía, afectando a varias mujeres. Y Datafloq teme que en algún momento puedan servir como evidencia en juicios.
Ciertamente los deepfakes son peligrosos, pero hace unos años parecía que la gente no se tomaba con mucha seriedad sus implicaciones. Sin embargo, conforme se han vuelto más vistosos en los medios y han surgido ejemplos de contenido simulado peligroso, la visión del público se ha vuelto más catastrófica. De acuerdo con Twingate, el 57 por ciento de la gente ahora está muy preocupada ante esta tecnología. Pero eso no es todo lo que revela el reporte:
Deepfakes y credibilidad de los medios
Alrededor del 66 por ciento de la población cree que, en unos ocho años, será imposible el distinguir entre contenido real y alterado. Una cuarta parte cree que ya es el caso en muchos contenidos. No solo eso, sino que la incidencia de los deepfakes también parece afectar la confianza en ciertos materiales. Tres cuartas partes de la gente cree que las fotos, videos y periodismo digitales, así como audios de voz, hoy son menos creíbles que hace tres años.
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Política, el sector más afectado
Tres cuartas partes de la población además está muy o extremadamente preocupada que estos deepfakes se usen para esparcir desinformación política. Específicamente en sus usos dentro del sector pornografía, las mujeres están más preocupadas que sus contrapartes del género masculino ante las implicaciones de esta innovación. Y de hecho, siete de cada 10 personas creen que se debería solo prohibir el uso o fabricación de este tipo de materiales.
Efectos personales de los deepfakes
Si bien algunos consideran que estos materiales solo afectan a ciertas figuras, muchos saben que los deepfakes podrían usarse en su contra. A una cuarta parte del público le preocupa que usen su imagen para este tipo de materiales. Para evitar estos incidentes, la gente tiene varias ideas. seis de cada 10 quiere la habilidad de impedir tags de otros en fotos en redes sociales. Al 44 por ciento le parece bien solo el eliminar todas las imágenes faciales que hay en la web.
La experiencia personal con este fenómeno
Varias personas admiten haber visto a los deepfakes en acción. Cerca de la mitad de la gente admite que ha visto estos contenidos afectando a celebridades y políticos. Sin embargo, el 13 por ciento de la población también ha visto materiales donde la víctima es un individuo común. Además, la mitad de las personas dicen haber visto estos recursos siendo compartidos como su fueran auténticos. La incidencia del fenómeno es más alta entre el sector Baby Boomers.
Una brecha en deepfakes según alineación política
En general, parece que las personas con pensamientos conservadores o de derecha tienden a ser más escépticas de los videos con contenido sospechoso. Sin embargo, mucho depende del tipo de datos que reflejen los deepfakes en cuestión. Cuando el video en cuestión parece desmentir sus ideales, sin importar la afiliación partidista, las personas tienden a ser más escépticas. Quienes son de centro, desconfían mucho de en el 21 por ciento de las ocasiones.