Tomar cualquier decisión sin contar con información, eso es azar, ya que estamos dejando a la suerte o al “feeling” lo que ocurra.
Siendo honestos, en muchas ocasiones le apostamos a lo que sentimos, a nuestra experiencia, al momento, etc. Porque al final es más cómodo, es menos trabajo, es menos reto y el Proceso es más ágil, al no tener que realizar todo una investigación o recopilación para llegar a la toma de una decisión.
La cultura mexicana y en general la latina, le apuesta mucho al “feeling”, para realizar acciones de todo tipo, sobre todo para tomar decisiones importantes, y no estoy diciendo que sea un error confiar en la experiencia o en nuestra propia capacidad, pero apostarle solo a eso para tomar decisiones si puede ser un problema.
De los datos a la información
Los datos son todo lo que podemos recopilar, de distintos tipos y de diferentes fuentes. Pueden ser fechas, cifras, eventos, hechos, etc. Para que un un dato se convierta en información requiere de un procesamiento, ya que un dato por si mismo no sirve de nada si no se le procesa o utiliza para algo en concreto. Ahora bien, un dato se convierte en información cuando se le da un propósito y es ahí donde los datos obtienen su valor, al relacionarse de manera directa con el objetivo por el cual fueron obtenidos.
Las cifras de ventas de una compañía son datos útiles, pero cuando se les utiliza para determinar tendencias, en ese momento se convierten en información accionable que sirve para tomar decisiones.
Las estadísticas de tráfico de un sitio web son muy útiles, pero hasta que se les da un contexto es cuando se les puede utilizar para algo.
Cuando contamos con datos que podamos convertir en información, eso puede ser un cambio sustancial en la manera de tomar decisiones.
Experiencia con información
Al final tomar una decisión solo con información puede darnos un enfoque parcial de las cosas, porque la experiencia también ayuda y mucho para darle sentido, contexto y ponderación a la información.
La experiencia nos permite saber qué es lo importante y a que debemos poner mayor atención, más allá de ver un dato o una cifra. En otras palabras la experiencia es la que nos permitirá saber qué hacer con la información que tenemos.
Fuentes de información
Para el trabajo de marketing existen varias fuentes de información que podemos utilizar para la toma de decisiones.
Podemos dividirlas de la siguiente manera:
Desempeño
Es la información que nos permite saber cómo se están ejecutando las acciones de marketing, desde evaluar la respuesta en un anuncio, hasta la conversión que se ha logrado.
Contar con información confiable sobre el desempeño de una campaña es vital para poder hacer ajustes a tiempo y evitar desperdicio o pérdida de dinero.
Demográfico
Esta es toda la información que nos permita conocer y entender al consumidor. Ya sea para saber cómo es y cómo se comporta o para mapear el proceso de compra.
Cada industria necesita medir de manera diferente a su consumidor, ya que cada caso es un traje a la medida.
Entorno
Esta es la información que permite conocer el entorno de una marca, desde la industria y el mercado, hasta la competencia.
La información del entorno considera también la parte económica/financiera que gira entorno a la marca, considerando desde el precio del producto servicio, hasta los indicadores macro de la economía del país.
Contar con esta información nos permitirá ajustar nuestra oferta de valor para responder a las necesidades del consumidor, siendo competitivos al mismo tiempo.
El conocimiento que no se comparte, pierde por completo su valor