O sea, sí se vale gritarle puto y ofender a cualquier jugador que no sea de nuestro equipo, pero no se vale que nos digan “Adios Amigos”.
Hablábamos la semana pasada de algunos aprendizajes de este Mundial. Uno de ellos era el de la Federación Holandesa de Fútbol, que, teniendo en cuenta los antecedentes de los mexicanos -en los que insultamos con mucha gracia a los jugadores de equipos contrarios gritándoles PUTO- comunicó que no permitiría que se insultara de cualquier forma al equipo, jugadores y nación a través de su cuenta en Facebook y que daría de baja permanentemente a cualquier persona que lo hiciera. Otro de los ejemplos, una escuela en Holanda en donde un grupo de niños le deseaban Suerte al equipo mexicano previo al partido contra la selección de su país.
Muy interesantes aprendizajes y lecciones de civismo y de que no debemos tomar como pretexto un encuentro deportivo para insultar a alguna persona, equipo o nación que no sea la nuestra, o que compita con nuestros equipos representativos solo por el hecho de competir o en dado caso que le ganen a alguna de nuestras selecciones.
Pues ahora del miiiiiismo país nos dan otra cachetada de civismo vía KLM, la aerolínea del país del tulipán.
Como muy probablemente sepas querido lector, KLM es un ejemplo de buen uso de Redes Sociales en el mundo y me parece que bien utilices sus servicios o no, es importante seguir su comunicación a través de éstas redes. Ahora a esta aerolínea se le ocurrió que sería divertido mandarnos a nuestra casa con un Twitt y “despedirnos” de la Copa. Sólo eso. Una imagen con un texto sencillo, que no denostaba, no se burlaba, no hablaba mal de una nación, raza, sexo, color de piel. Nada.
Pues esto fue suficiente para que miles de mexicanos que creen que con este hecho violaron a sus madres y hermanas y abuelas y mascotas se indignaran con la aerolínea y se le fueron encima twiteando que en la vida viajarán con ellos y que eso no se debería hacer; enviando mensajes claros, soeces, groseros de molestia.
Increíble como podemos llegar a ser lapidarios, como podemos ser tan duros con una empresa que nos dice de muy buena manera “Adiós” pero cuando se trata de justificar que a un jugador de futbol le gritamos PUTO solo porque es parte de nuestra “idiosincrasia” nos parece in-cre-i-ble que la FIFA casi nos castigara y nos parece increíble también, que el mundo no entienda que el Puto en México casi casi se lo decimos a nuestros más queridos amigos y familiares. Ajá.
Como se nota que no medimos con la misma vara lo que hacemos y lo que “nos hacen”; por lo tanto, lo que hacemos sí se vale, sea lo que sea, lo que nos hacen no.
Bueno regresando al punto del aprendizaje de KLM viene de que al día siguiente del twitt (mismo que les generó 93,000 replies, representando un incremento en un día de 900% aproximado) bajaron el mensaje y mandaron una carta ofreciendo disculpas y comunicando los pros y contras que se tienen al tener este tipo de comunicaciones en las que según el Marketing de Karma, algo que se puede ver como “positivo” para la marca y el mercado, en algún lugar y momento específico del mundo podría no ser tomado de la misma forma y se puede convertir en una comunicación “negativa” teniendo un efecto boomerang. Pues la gente de KLM ofrece disculpas por un hecho que a mi parecer no merecería ofrecerlas, no insultaron, no dañaron, sino tomaron con humor una situación deportiva que resultó que “ofendió” a varios mexas.
Sea como sea, se agradece y mucho que una empresa a través de sus redes sociales se mantenga a la vanguardia y trate de generar contenidos interesantes aunque no sean referentes a su core business, y más aún, que ofrezcan disculpas y que digan que están aprendiendo a través de hacer cosas mal hechas, como el título de la carta lo expresa “Learning by doing it wrong”.
Por ello, gracias Holanda por darnos varios ejemplos en una semana de civismo y de cómo podemos seguir creciendo como sociedad, como podemos tomar algunas de estas lecciones para aprender como individuos y luego como entes sociales para modificar actitudes que nos hacen retroceder como nación; ¡y todo esto sin tocar el tema de futbol, no vaya a ser que luego a mí también me tilden de vende patrias!