Con un panorama tan alentador como el proyectado y las nuevas tecnologías a la orden del día, para contribuir al desarrollo de este canal, cabe preguntarse cual será su evolución en el futuro inmediato, más allá de las tendencias sobre el creciente uso de nuevas formas de pago online.
El M-commerce
Los consumidores dependen cada vez más de los dispositivos móviles y de las innumerables opciones que éstos brindan a todo nivel, una tendencia que en el caso del e-commerce será aun mayor durante este año.
De hecho, como explica Jordi Vives, Country Manager de Trusted Shops para España, “El uso de smartphones para la compra online y la consulta de productos seguirá creciendo a un ritmo imparable, por ello es necesario que los sitios web cuenten con un espacio responsive adaptado a este tipo de dispositivos.”
No en vano, según Goldman Sachs, para 2018 se espera que un 14.4 por ciento de la población mundial realice al menos una compra online desde sus dispositivos móviles.
La adaptabilidad
Es por ello que para potenciar estas ventas, como señala Antonio Hervás, de la agencia Hey Brother, “Hay que adaptar bien las tiendas al entorno smartphone con una navegabilidad y experiencia de usuario que inviten a realizar la compra.”
Un planteamiento que cada vez cobra más fuerza ante la creciente tasa de penetración y uso de los smartphones y que se fundamenta, según Daniel Borrego, Director General Súmate, en la circunstancia de que “En la navegación móvil se dan con frecuencia los micro-momentos, en los que un usuario decide rápidamente si compra un producto. Si nuestra web no es adaptable y la experiencia del comprador se resiente por ello, estos micro-momentos serán oportunidades perdidas.”
Fidelización online
En la actualidad, según Statista, a nivel mundial el promedio de ingreso por usuario (ARPU) es de 784.81 dólares anuales, lo que significa que aunque se espere un notable incremento en los ingresos por compras online, también son cada vez más las tiendas online que buscan quedarse con una parte del pastel.
A lo que se suma que, como señala Hervás, “Ha caído en picado la fidelidad hacia las marcas como nunca antes, por lo que hay que realizar un gran esfuerzo en encandilar a nuestros públicos.”
Lo que se logrará, entre otras iniciativas, con la búsqueda de la fidelización de los clientes a través de los programas de lealtad, y donde la personalización puede jugar un importante rol en este sentido, pues durante las compras online es más complicado transmitir emociones y cercanía al consumidor que le anclen a la marca.
La fidelización puede ser importante, especialmente para “productos de compra no impulsiva o en aquellos de alto coste de captación” pues como declara Borrego, “Convertir a nuestros clientes en evangelizadores de nuestra marca aumenta nuestro alcance potencial de forma natural.”
Plazos de entrega
Aparte del proceso de compra online, otra de los cambios derivados de las cada vez mayores exigencias de los consumidores online, está relacionado según Vives, con menores los plazos de entrega: “Sin lugar a dudas el hecho de reducir los plazos de entrega de los pedido va a ser una de las prioridades para los comerciantes. De esta forma captarán la atención de los clientes y, se diferenciaran de la competencia”.
Un factor que podrá experimentarse de forma creciente durante los próximos anos, especialmente para la entrega de productos de consumo masivo (FMCG), que hasta ahora no han sido las primeras opciones de los usuarios cuando se trata de comprar desde internet.
Aunque sin duda es un panorama que va a cambiar, pues según las previsiones de Kantar Worldpanel, a nivel mundial, la venta online de este tipo de productos pasará del 3,7 por ciento al 5,2 por ciento de sus ventas totales, durante 2016.