Por ahí en alguna de mis redes sociales leía un post desesperado que me llegó de rebote, como muchos otros, y es el siguiente:
Esta es una de las recientes muestras del gran impacto que ha tenido la serie.
Impacto que se ha visto reflejado en las escuchas del cantante vía streaming, como Spotify, en donde se han duplicado las reproducciones en las últimas 11 semanas, con más de 4.5 millones de oyentes mensuales y 1.1 millones de seguidores, o como Apple Music, donde en su lista de las 100 más escuchadas hay 8 lugares que le pertenecen al cantante; o el aumento de ventas de sus discos, por ejemplo en Itunes, donde diez de sus discos ocupan las primeras 20 posiciones de los más vendidos y, ya en el lado ilegal del asunto, las ventas en la piratería de sus discos y DVDs se elevaron 10 veces más.
¿Hacía falta que sacara un nuevo disco (con boleros versión “mil-ocho-mil”) o que saliera en las noticias por algún escandalillo más (que si gordo, que si la demanda, que si la novia…) para estar otra vez en los primeros lugares?
No. Con el impacto de la serie ha sido suficiente.
¿Una gran oportunidad comercial para la marca “Luis Miguel”? Efectivamente. Y le seguirán sacando jugo con la segunda temporada que ya está esperando la gente como agua de mayo.
Pero no se ha aprovechado este éxito exclusivamente para ganar mucho dinero, sino también para generar conciencia sobre un tema delicado que, sin querer queriendo, y como uno de los temas centrales de la serie (que es la madre de Luis Miguel) sale a la luz por una desgraciada coincidencia: La desaparición de mujeres.
Tema delicado que aprovecha la ONG Non-Violence Project (NVP) para recordar a la sociedad que hay muchas mujeres mexicanas que desaparecen de manera forzada y que siguen siendo muchos casos que no se han resuelto.
La agencia (anónimo) hizo un acertado trabajo junto con NVP para promover un gráfico y su correspondiente hashtag #NoSoloEsMarcela para despertar el interés en la gente sobre la problemática que ha dejado tan solo en los últimos 9 años más de 8 mil 400 mujeres desaparecidas. Esta cifra es tan solo el número oficial del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), habría que sumarle todas aquellas que no están dentro de este registro y que deben ser muchas más.
Ya no se trata nada más de ver en esta serie de Netflix a un artista talentoso desde pequeñito, los abusos de su padre o si disfrutaba (o no) de sus fiestas con amigos rémoras. Tema espinoso como la violencia que sufren las mujeres se refleja en el personaje de Marcela Basteri y de ahí el enganche para comunicar a la gente que “#NoSoloEsMarcela no olvidemos a las demás mujeres desaparecidas”.
Que bueno que la moda de esta serie vaya más allá de un meme que nos dé risa y que bien por el trabajo de la Fundación Non-Violence y de la agencia (anónimo). Felicidades por ello.
Y cerremos, como dicen que le dedicó esta canción a Marcela, y que seguro muchos hijos, padres, hermanos o seres queridos de las desaparecidas sentirán lo mismo:
“Yo sé que volverás cuando amanezca ,y escucho el despertar de ruiseñores- En medio de esta prisa cotidiana, te espero regresar y me parece Que nada destruirá nuestros amores, mientras vuelvas junto a mí. Siempre a mí, cada mañana”.