¿Alguna vez has abierto una bolsa de papas y has sentido que contiene más aire que papas? O quizá has ido a la cafetería que visitas desde hace años y sientes que las porciones son más pequeñas. Si te ha pasado, entonces ya experimentaste la shrinkflation o reduflación, un fenómeno cada vez más común que afecta la calidad y cantidad de los productos que compramos a diario.
Pero, ¿qué es y cómo nos afecta? A continuación te explicamos todo lo que debes saber sobre la shrinkflation.
Qué es la shrinkflation o reduflación
La shrinkflation es considerada como la práctica de reducir el tamaño o la cantidad de un producto mientras se mantiene el mismo precio. En algunos casos, incluso se aumenta el precio del producto, afectando directamente a los consumidores, que terminan pagando más por menos.
Este fenómeno no solo se limita a los productos de consumo rápido como las papas fritas, sino que también afecta a una amplia gama de bienes, desde los alimentos frescos hasta los servicios de suscripción y la vivienda.
¿Cómo afecta la inflación en las decisiones de compra?
Según el estudio “The Big Shrink” realizado por Empower en 2024, un 62% de los estadounidenses afirman que su poder adquisitivo ha disminuido debido al aumento de los precios.
La inflación ha golpeado fuerte en los bolsillos de los consumidores, quienes cada vez tienen que destinar una mayor parte de su presupuesto a productos esenciales como alimentos y servicios básicos. El informe revela que el 82% de las personas sienten que su dinero ya no rinde como antes, mientras que el 87% están “hartos” de los constantes incrementos de precios.
Uno de los datos más reveladores del estudio es que el 79% de los consumidores han notado una disminución en el tamaño de los productos que compran regularmente, como cereales y frituras. Este fenómeno ha provocado una disminución en la confianza hacia las marcas, con un 76% de los consumidores afirmando que las subidas de precios les han llevado a abandonar las marcas que solían comprar.
Cuando la reduflación nos alcance
El aumento de los precios ha llevado a los consumidores a tomar decisiones drásticas en sus hábitos de compra.
Más de un tercio de los encuestados (34%) afirma que no está dispuesto a pagar ni un dólar más por una taza de café, mientras que un 20% de los millennials dice que no pagará más por productos como papas fritas o barras de chocolate.
En lo que respecta al pan, uno de cada cinco miembros de la generación X dejará de comprarlo si el precio aumenta más de un dólar. Lo mismo ocurre con los productos frescos: un 20% de la generación Z está dispuesto a eliminar frutas y verduras de su lista de compras si el precio sube más de un dólar.
Este cambio en los hábitos de consumo es una respuesta directa al aumento de los costos. Muchos consumidores están optando por cambiar a marcas genéricas o de tienda para ahorrar dinero, y más de la mitad (53%) ha descargado aplicaciones de recompensas o cupones en los últimos meses para tratar de compensar el impacto de la inflación.
¿Precio o calidad? Ahí está el dilema
El estudio no solo revela una disminución en la cantidad de los productos, sino también en su calidad. Casi la mitad de los encuestados (45%) ha notado una caída en la calidad de los productos que han estado comprando durante años.
Un ejemplo claro es el del chocolate: un 54% de los consumidores afirman que, aunque cuesta más, “ya no sabe igual”.
Este deterioro en la calidad está afectando la lealtad hacia las marcas. El 75% de los consumidores cree que, a medida que los precios aumentan, obtienen menos a cambio, lo que los lleva a cambiar a opciones más económicas o genéricas. Las marcas están perdiendo terreno frente a las alternativas de menor precio, y el descontento de los consumidores está en su punto más alto.
Finanzas personales: bajo amenaza
La inflación y la shrinkflation no solo afectan las compras diarias de los consumidores, sino también sus metas financieras a largo plazo. El estudio muestra que cerca del 50% de los estadounidenses se sienten incapaces de alcanzar grandes metas, como la construcción de riqueza generacional (50%), la compra de una vivienda (48%) o la jubilación a la edad que desean (49%).
Muchos están preocupados por no poder ahorrar lo suficiente para la jubilación o para cumplir otros objetivos financieros importantes. Un 35% de los encuestados afirma que tiene menos ahorros de emergencia que antes, mientras que un 24% dice que su patrimonio neto está disminuyendo. Además, un 17% teme que tendrá que trabajar durante más años de los que había planeado para poder jubilarse cómodamente.
Aquí algunos datos relevantes sobre el estudio de Empower:
- 58% siente que está siendo excluido de disfrutar su tiempo libre por los costos.
- 49% se siente excluido de jubilarse a la edad que desean.
- 48% se siente excluido de comprar una casa.
- 50% se siente excluido de dejar una herencia.
- 41% se siente excluido de pagar una carrera universitaria.
- 38% se siente excluido de iniciar un negocio.
- 40% se siente excluido de invertir en el mercado de valores.
- 47% de los estadounidenses dice que tienen menos ingresos disponibles.
- 35% tiene menos ahorros de emergencia.
- 24% dice que su patrimonio neto está disminuyendo.
A pesar de todo, todavía hay razones para el optimismo. Un 28% de los estadounidenses cree que los precios comenzarán a bajar antes de que termine el año, y un tercio siente que tiene la oportunidad de crecer financieramente al pagar deudas (33%) e invertir (17%).
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El estudio también revela que muchos consumidores están encontrando formas creativas de adaptarse a la nueva realidad económica. Un 37% está dispuesto a adoptar la estrategia de precios dinámicos, incluso en la compra de alimentos, y un 40% planea compartir más los costos con amigos o familiares para hacer frente a los aumentos de precios.
¿Qué pasa en México con la shrinkflation?
Un reciente estudio realizado por YouGov en 17 mercados internacionales, incluido México, revela que la reduflación es un fenómeno conocido, aunque no tan presente en la mente de los consumidores mexicanos en comparación con otros países. Según los datos, un 59% de los mexicanos ha notado la reduflación en los alimentos, mientras que el 42% ha identificado este fenómeno en productos de limpieza para el hogar y un 46% en productos de cuidado personal.
Comparado con países como Gran Bretaña (82%) o Canadá (80%), donde el 80% de los consumidores notan la reduflación en los alimentos, México tiene un nivel de conciencia más bajo. Aun así, es significativo que más de la mitad de los mexicanos está percibiendo este cambio, lo que sugiere que es un tema creciente de preocupación.
¿Por qué compramos productos que traen menos?
Los datos de YouGov revelan que en México, el 53% de los consumidores considera que el precio es el principal factor para comprar un producto reducido, mientras que el 57% lo hace por la calidad.
Además, el 22% de los encuestados menciona la lealtad a la marca como una razón para seguir comprando, aunque la lealtad hacia las marcas parece ser un factor menos influyente en este contexto. La conveniencia y el tamaño del empaque también juegan un papel menor, con solo un 16% y un 23%, respectivamente, mencionando estos factores.
Consumidores, marcas y shrinkflation en México
El fenómeno de shrinkflation no parece que vaya a desaparecer pronto, y los consumidores mexicanos deberán estar más atentos a los cambios en los productos que compran. En un entorno económico donde la inflación continúa, las empresas seguirán buscarán formas de mitigar el impacto financiero, lo que podría traducirse en más reducciones de tamaño y cantidad en los productos que consumimos diariamente.
Lo que es evidente es que los consumidores están cada vez más conscientes de este fenómeno y es probable que tomen decisiones de compra más informadas en el futuro.
El aumento en el uso de aplicaciones de cupones y recompensas, así como la preferencia por marcas genéricas, puede ser una respuesta directa a la percepción de que los productos ofrecen menos valor por el mismo precio.
La clave para las marcas será encontrar el equilibrio entre mantener la lealtad de sus clientes y ser transparentes con los cambios que realizan en sus productos. De lo contrario, podrían enfrentar una pérdida significativa de confianza y lealtad en un mercado donde los consumidores están más dispuestos a cambiar de marca si sienten que no están obteniendo lo que esperan por su dinero.