La rivalidad durante Rusia 2018, no sólo se vivió a pie de cancha. Entre las televisoras, el campo del rating ha convertido en uno de los más competido. En el caso del mercado mexicano, Televisa y Azteca han protagonizado este duelo y en plena final, Cristian Martinoli denunció un nuevo boicot a las transmisiones de su televisora del Mundial.
Mediante su cuenta de oficial de Twitter, el reconocido comentarista afirmó que sus transmisiones en sistemas de clave han registrado “fallas” en el audio, que atribuye a un nuevo boicot que busca mermar los resultados de audiencia de su televisora:
Ahora otra vez boicot con el audio. Neta no saben competir pobres diablos…
— Christian Martinoli (@martinolimx) 15 de julio de 2018
De inmediato, los usuarios de redes sociales reaccionaron al respecto con mensajes en los que las posturas encontradas fueron la constante. Rápidamente el mensaje ganó relevancia. Generó mil 800 retweets, 7 mil 246 likes y más de 786 comentarios.
Es con @izzi_mx donde le bajan el volumen, me pregunto si @Profeco hará algo algún día.
— °••Au••° (@wincero26) 15 de julio de 2018
Es @FJG_TD y Televisa… esperabas algo diferente? ?
Tienen que poner 4 canales y 14 personas para competir contra ustedes 3. Y a pesar de eso, pierden. ?
Los televisos siempre serán televisos.— Nación Azul® (@_NacionAzul) 15 de julio de 2018
Así de simple!! pic.twitter.com/AJ35e8OPsF
— fossy gutty (@fossysaul) 15 de julio de 2018
Televisa se quedó con el monopolio digital.
— Diego Alberto Naranjo (@diego_chidomanx) 15 de julio de 2018
Es importante mencionar que durante el reinició de transmisiones del pasado partido entre México y Corea del Sur, el cronista Martinoli dio un aviso a la audiencia que ve el partido por el canal 7 en el que solicitó a aquellos afectados por un supuesto bloqueo de la señal, interponer quejas o demandas en contra de los sistemas de cable que realizan esta acción.
Durante toda la justa mundialista, ambas televisoras se han dicho ganadoras del rating. Sin embargo, las diferencias y los datos han parecido poco fiables con lo que última palabra la ha dado el propio consumidor.