Faltan cerca de 18 meses para la próxima contienda electoral -la presidencial- y donde la mercadotecnia nuevamente moverá su poder influenciador para activar potenciales votantes. Sin embargo, una nueva arena de combate está lista para que campañas y políticos suban a contender: las redes sociales.
La mercadotecnia política en México surge a finales de la década de los ochenta como parte de los procesos de transición. La conformación de un emergente mercado electoral, la disputa de éste por diferentes candidatos y formaciones políticas, hacen posible la incorporación de esta nueva herramienta política a las contiendas electorales.
De esta manera, comicios presidenciales de julio de 1988 –en la que por primera vez el Partido Revolucionario Institucional (PRI) no obtiene la mayoría absoluta de los votos y en la que, también por primera vez, se presenta la incertidumbre sobre el sentido de los resultados electorales, tal como lo afirma el primer libro sobre mercadotecnia política que se tiene conocimiento en México, el Mohammad Naghi Namakforoosh, mercadotecnia Electoral: Tácticas y Estrategias para el éxito Político, marcan el inicio de la mercadotecnia política en su sentido y connotación moderna
Para expertos como María de las Heras es claro el parteaguas de 1988: “Aunque antes del proceso federal de 1988 hubo algunas experiencias aisladas, fue realmente hasta ese año cuando la realización de encuestas con fines electorales se volvió una practica generalizada. No fue sino hasta 1994 cuando los medios de información entraron de lleno y con recursos propios a la práctica de medir y dar a conocer la situación electoral a través de encuestas de opinión”, tal como lo declara en su libro “Uso y Abuso de las Encuestas, Elecciones 2000: Los Escenarios”.
Por Jorge García
*Más detalles de este artículo en la edición de JUNIO de Merca2.0