En las campañas de marketing político-digital hay que ser muy cuidadosos. No se pueden lanzar acciones sin tener todo controlado porque ocurren cosas como esto que sucedió en Argentina.
Tal y como lo suele hacer el Gobierno de Mauricio Macri, la oposición política en el país intentó instalar un hashtag. Se llamaba #ElFracasoDeMacri. La idea era que la gente posteara hechos puntuales relacionados con su situación económica personal. Por ejemplo, “cobro 10 mil pesos y pago 5 mil de renta”, “el colegio de mis hijos cuesta lo mismo que mi salario”, “la carne y la leche aumentaron tanto que ya no las puedo comprar”. Siempre acompañados con el hashtag en cuestión.
Hasta allí, todo bien (o todo mal, según el lado partidario desde el que se analice el tema). El problema es que esta “campaña” cometió un error: la edad de algunos de los perfiles que se usaron para viralizar la consigna no tenía ninguna relación con lo que estaban publicando. Algo básico e imperdonable.
Hubo muchos casos, pero el mejor ejemplo es el de un usuario de Twitter llamado “Araceli Arezzo”. La joven (visiblemente joven por la foto de perfil), aseguraba en uno de sus tantos tuits que cobraba 9.000 pesos de jubilación y pagaba 1.100 por la energía eléctrica. La jubilación de las mujeres en Argentina es a los 60 años y su rostro reflejaba no más de 20.
Otro más: Julia Ravara escribió “No me alcanza para pagar la luz, soy jubilado. ¿A quién reclamo?”
Por supuesto, llovieron las burlas.
Hoy, el caso de la joven de 20 que gana 9000 de jubilación 12000 de sueldo, y como no le alcanza tiene una casa de comidas#ElFracasoDeMacri pic.twitter.com/ppB4oVHsJv
— Armando Paredes (@armandopaaredes) 16 de mayo de 2017
Todo el mundo sabe que Araceli Arezzo es prima de Karelis Hernández la directora de WhatsApp #trollsk
— Enrique Zabala (@enriquezabala68) 16 de mayo de 2017
Echaron a mi primo de la fábrica. Se llama Araceli Arezzo, tiene 20 años, es jubilada,tiene 80 años y tiene una rotisería.#ElFracasoDeMacri
— Si No Hay Otra… (@sinohayotra) 16 de mayo de 2017
El ejército de trolls estatal
El Gobierno argentino actúa de manera similar, con un aceitado plan de marketing digital para cada acción política. “En Casa Rosada trabaja un equipo de más cuarenta jóvenes con un doble objetivo: influir en las redes sociales y a la vez evitar la dependencia de los medios de comunicación tradicionales”, explica Perfil. “Su mandamiento es cuidar la imagen del Gobierno y la de Mauricio Macri en particular, a través de la difusión de videos, hashtags y consignas en Facebook, Snapchat, Instagram y Twitter”, agrega.
Según Perfil, al “recurso institucional se le suma una ayuda subterránea: los llamados trolls y los miniejércitos de usuarios falsos, dedicados a operar sobre la agenda diaria”.