Durante una conferencia en BerlĆn en el 2014Ā escuchĆ© por primera vez la mención del efecto nocivo que podrĆan tener los algoritmos de Facebook en las elecciones presidenciales de un paĆs.Ā De inmediato entendĆ el problema y coincidĆ que las cosas podrĆan ser mĆ”s graves de lo que muchos suponĆan. En MĆ©xico he hablado del tema en incontables conferencias y clases de marketing sobre el sesgo de confirmación y sus consecuencias funestas en la percepción de las personas. El sesgo de confirmación es la tendencia a favorecer y recordar la información que confirma las propias creencias, dando desproporcionadamente menos consideración a posibles alternativas. Por ejemplo, sesgo de confirmación es sumamente Ćŗtil si hablamos de tu cĆrculo de amigos y lo que decidieron hacer el fin de semana o al considerar los mejores momentos de familia de los Ćŗltimos 12 meses. Sin embargo, cuando se trata de elecciones democrĆ”ticas el sesgo de confirmación es bastante malo, por ejemplo, si eres una persona que se inclina por ideas de derecha sólo verĆ”s noticias que confirmen esa creencia, sucede lo mismo si eres de tendencias polĆticas de izquierda, liberal o conservadora. Este efecto hace que las personas vivan en una burbuja que sólo confirma que sus creencias son las correctas. En los tiempos actuales el mejor lugar para encontrar el fenómeno son las redes sociales y por su liderazgo en el mercado el mejor exponente es Facebook.
Es indispensable comprender que este fenómeno no deseado llegarÔ marketing y las marcas. En 2018 MĆ©xico tendrĆ” elecciones presidenciales y esta tĆ©cnica de desinformación serĆ” ampliamente comprendida para ese momento. La victoria de Obama mediante el uso de redes sociales hizo que sus estrategas se convirtieran en cotizados conferencistas y asesores polĆticos. Muchas de las estrategias de Obama fueron utilizadas por PeƱa Nieto para lograr la mayorĆa de los votos. Para el 2018 con seguridad las tĆ©cnicas del equipo de Trump se āreciclenā en MĆ©xico y AmĆ©rica Latina con una pequeƱa diferencia, la solidez de las instituciones. ĀæQuĆ© pasarĆ” con una población que recibe un porcentaje alto de noticias falsas acerca de la situación de un partido polĆtico? El sesgo de confirmación harĆ” que piensen que sus peores temores del gobierno son realidad y las consecuencias nefastas.
Los medios han sido lentos en reconocer que Facebook pudo haber sido parte importante de la victoria de Trump. Varios medios han apuntado a un exceso de noticias falsas en Facebook y Twitter āprincipalmenteā que favorecĆan noticias francamente falsas. El problema ha llegado a tal grado que Melissa Zimdars, profesora de la Merrimack College en Massachusetts ha creado una lista de sitios falsos que publican noticias en Facebook. Buzzfeed en un artĆculo reciente hizo un anĆ”lisis de varios artĆculos falsos que fueron virales durante la campaƱa de los cuales destacó uno de Hillary Clinton con el tĆtulo āHillary Clinton In 2013: āI Would Like To See People Like Donald Trump Run For Office; Theyāre Honest And Canāt Be Boughtā lo interesante es que la cita resultó falsa en su totalidad. Pero el tĆtulo y la temĆ”tica resultaba tan atractiva que rĆ”pidamente se propagó en redes sociales. Para Facebook, Twitter y Google el problema es grave, Chris Hedges autor de “Empire of Illusion: The End of Literacy and the Triumph of Spectacleā detallaba que el espectĆ”culo y el contenido sin mayor comprobación tomarĆa por sorpresa a la Unión Americana, Dan Gillmor advertĆa que los consumidores debĆan comprobar las fuentes de información antes de llegar a ninguna conclusión en su libro Media Active. Ninguno de los populares libros hizo diferencia.Ā
Las redes sociales no tienen la culpa, bueno,Ā un poco
Los medios se sumaronĀ a la furia contra Facebook al grado tal que Mark Zuckerberg contestó al tema, y rumores indican que internamente la empresa estĆ” haciendo cambios para evitar que la información falsa se propague. Google por su parte anunció que bloquearĆ” las cuentas publicitarias con las que estos sitios obtienen recursos, Twitter anunció herramientas para evitar el acoso. Todos estĆ”n haciendo hasta lo imposible para resolver el problema. Yo argumentarĆa que el problema no puede resolverse tan fĆ”cil. En el centro del pensamiento de Silicon Valley estĆ” la creencia de que los algoritmos puede resolver casi cualquier reto. Los programas de inteligencia artificial que empujaron contenido popular en Facebook no fallaron, de hecho cumplieron su función a la perfección. En ningĆŗn momento el algoritmo de Facebook incluye un apartado que determina la honestidad de quien publica la noticia. Dejemos la polĆtica un segundo, si pensamos en los posts personales veremos que un sin nĆŗmero de personas publica cosas que son claramente falsas, por ejemplo, cuĆ”ntas veces hemos visto algo asĆ: ālas mejores vacaciones de mi vida, enamorado de mi esposaā sólo para enterarte unos dĆas despuĆ©s que durante todo el viaje le fue infiel o que perdieron todos los vuelos. El rol de las redes sociales no es ser un fact checker, de hecho es todo lo contrario, se basan en la evaluación de la comunidad para llegar a conclusiones sobre la relevancia de un contenido. Las plataformas digitales piensan mĆ”s en tĆ©rminos de relevancia que veracidad.
Lo mĆ”s sorprendente es que los usuarios de internet en general causaron el problema. Los lectores querĆan que las noticias fueranĀ gratuitas y se negaban āhasta recientementeā a pagar por contenido. Esto dejó dos estados indeseables en las fuentes de información: en primer instancia los medios recortaron su producción editorial por la disminución de ingresos y en segundo lugar se hicieron dependientes a clics para obtener recursos. Esta economĆa de clics generó como efecto secundario adverso sitios que promueven noticias falsas o escandalosas con el fin de obtener trĆ”fico. La Ćŗnica solución que tienen los consumidores ahora es revertir el camino andado y comenzar a patrocinar medios para asegurar contenido de calidad y comprobado, el New York Times y The Guardian han visto sus suscripciones crecer despuĆ©s de la victoria de Trump. La mejor forma de tener un buen gobierno es tener medios independientes que sean contrapeso y eso es una mĆ”xima mundial.
Quedan dos temas por comprender, claramente Facebook harĆ” lo posible por contener las noticias falsas pero seguramente fallarĆ” en algunos casos. Ahora el efecto se vio en el terreno polĆtico pero no hay nada que detenga a un marca iniciar un guerra sucia de noticias falsas contra sus competidores, si los sitios estĆ”n basados en Macedonia serĆ” prĆ”cticamente imposible para una marca defenderse contra estos ataques de guerra sucia comercial. El “caldo se hace gordo”Ā si Facebook potencialmenteĀ tuvieraĀ un conflicto de interĆ©s. El estratega de Marketing Digital de Trump felizmente presume que su estrategia se centró principalmente en anuncios de Facebook para llegar al electorado. Los millones de dólares de la campaƱa de los Republicanos se favorecĆa tambiĆ©n por el aumento de actividad de personas que hacĆan clic en mensajes falsos, es decir mayor engagement, de nuevo, aĆŗn cuando no es culpa de Facebook, las circunstancias se dieron de esa manera.
Alguien tiene que hacer algo al respecto, el mejor camino no serÔ la autorregulación de las plataformas digitales. En mi opinión tiene que existir mesura ciudadana participación de auditores independientes y colaboración con las autoridades.
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