Hay un sector que se vio seriamente afectado por al anterior gobierno en Argentina: el de las marcas de lujo. Con el paso de los años y el mayor control e impuestos sobre algunos productos importados, la mayoría dejó el país porque el negocio no era viable.
Todo comenzó a cambiar desde fines de 2015, cuando llegó al Ejecutivo del país el liberal Mauricio Macri. Desde entonces, de a poco, distintas marcas exclusivas han vuelto a abrir (o planean hacerlo) puntos de venta propios en Argentina.
Un ejemplo es la marca Calvin Klein, que acaba de inaugurar un local en el exclusivo centro comercial Patio Bullrich, de Buenos Aires. “Retorna al país cinco años después de haber cerrado su último local, centrado sólo en Underwear (ropa interior), ya que previamente no contaba con locales de ropa en general ni jeans en el país”, publicó El Cronista.
La marca había desembarcado en Argentina en 2008 y llegó a planificar la apertura de 15 puntos de venta, pero sólo logró inaugurar cuatro en los principales shopping de Buenos Aires. En 2011, cerró tres y, en marzo de 2012, el último. Fue por las dificultades para importar.
Su llegada a la Argentina se concreta a través de ASW Group, la compañía que también controla la marca Tommy Hilfiger.
Otra más
Ermenegildo Zegna también volverá a Argentina con un local propio, luego de dos años de ausencia. La marca de moda italiana había dejado el país tras 14 años de operaciones.
El control a las importaciones también había alejado del país a marcas de lujo como Fendi, Louis Vuitton, Yves Saint Laurent, Escada, Polo Ralph Lauren, Emporio Armani, Cartier y Carolina Herrera. Todas, de a poco, empezarían a volver.
“El regreso se da por la mayor apertura a las importaciones y el crecimiento en la venta de productos de lujo y alta gama, en un contexto de caída del consumo de artículos más masivos”, analizan en El Cronista.