Hoy mismo, la discusión alrededor de temas relacionados con el género, inclusión y empeoramiento femenino son la norma. Para marcas de todas las categorías mostrar empatía por estos temas se ha convertido en la norma y aunque es cierto que los esfuerzos de diversas firmas ha sido loable la realidad es que empresas como Zara o Coca-Cola podrían llevar varios pasos adelante que el resto por una simple razón: sus nombres son femeninos.
Cuando menos así se lee en el imaginario del consumidor y es que aunque es cierto que las marcas nacen sin un género, si adquieren esta característica con el tiempo y a manos del consumidor por muchas razones.
Marcas “mujeres” ganan
Sin profundizar en este sentido, lo cierto en medio de esta batalla por generar conexiones respondiendo a una necesidad evidente de los consumidores alrededor de la igualad de género las marcas que se asocian cuando menos en el plano lingüístico con el lado femenino tiene un mejor posicionamiento.
Así lo ha dejado ver un reciente estudio publicado por Journal of Marketing, el cual indica que aquellas marcas que llegan al mercado con un “nombre femenino” tienen una clara ventaja competitiva ya que son vistas por el consumidor como jugadores mucho más cálidos.
De hecho se estima que las marcas mejor posicionadas en el lista Global Top Brands firmada por Interbrand durante las últimas dos décadas, en su mayoría tienen nombres femeninos.
La pregunta a descubrir es por qué y de qué manera las personas otorgan el género al nombre de una marca y lo cierto es que según el estudio son varios los catires que determinan este asunto.
La investigación sugiere que los aspectos a considerar son los siguientes:
- Sílabas de una palabra
- Acentuación
- Sonido final
De esta manera se trata de una asociación que se realiza con los propios nombres de las personas. Las mujeres suelen tener nombres más largo, con más sílabas, con acentos en la segunda o última sílaba y acabar en vocal.
Contrario, en el caso de los hombres poseen nombres más cortos, pueden tener una sola sílaba y terminan en consonante, según el estudio.
Elección del nombre
Con esto en mente, queda claro que el “género de las marcas” está dado por relaciones espejo de la manera en la que las personas se relacionan con su entorno, en donde cuando menos de manera cultural, el trato con una mujer siempre será más cálido y asociado con principios como bondad, la tolerancia y la sinceridad, lo que sin duda es un empuje en términos de conversión.
“Las marcas con nombres lingüísticamente femeninos son percibidos como más cálidos y por eso también son elegidos con más frecuencia y el consumidor desarrolla por ellos un mayor afecto”, destacó Ruth Pogacar, una de las autoras del informe.
En cuanto a las asociaciones entre nombre y categoría que realiza el consumidor, llama la atención que los nombres masculinos tienen una mejor relación con asuntos funcionales, mientras que los nombres femeninos tiene una mejor relación con categorías asociadas al placer y al disfrute.
Sin lugar a dudas, tener este tipo de hallazgos en la mente es un asunto crucial más en un momento de recuperación como el actual.
Y es que el branding visto desde todas sus aristas y componentes no e algo que se quede simplemente en un aspecto visual y de posicionamiento. El tema es de negocio.
Al respecto, vale la pena mencionar que -según información de Incaval- la confianza genera el 40 por ciento de las decisiones de compra, en donde el branding se ubica como el principal trust driver entre el 63 por ciento de los consumidores, de acuerdo con datos de C Space. AL mismo tiempo, tal como lo reporta Ipsos, la publicidad influye en el 35 por ciento de los compradores al tomar una decisión en el punto de venta.