Cuando hablamos de marca personal, nos referimos a la huella que dejamos en los demás. El también llamado personal branding se encarga de la creación y gestión de los elementos que contribuyen a la edificación de nuestro sello, nuestra Unique Selling Proposition, la cuál tiene un valor.
El caso de Lionel Messi, quien llegó a los 13 años de edad a la bella ciudad de Barcelona en busca de su leyenda personal y que ahora se marcha, después de 21 años en los que ganó 34 títulos y anotó 670 goles, es un caso digno de análisis desde el punto de vista del valor de la marca persona.
¿Quién gana y quién pierde en esta negociación?
Tengamos en mente que cada vez que un CEO o fundador de una empresa habla o se presenta ante un público, promueve el negocio. Lo hizo Steve Jobs, lo hace Elon Musk y Jeff Bezos, estos personajes se convirtieron en sinónimos de su compañía. Messi es el caso.
Lo cierto es que nos vendemos constantemente con nuestras acciones, hecho que nos obliga a revisar lo que decimos, lo que hacemos y a energizar nuestra actitud. Esta triada de elementos nos permite estar vigentes y contribuyendo con efectividad a la marca institucional a la que pertenecemos.
Messi es una red temática que ha acaparado la atención mundial pues es una noticia que, en medio de una pandemia, viene a refrescarnos, nos motiva, nos da conversación y entretenimiento. Es una bocanada de aire fresco para un ambiente cargado de tensión y zozobra mundial.
De acuerdo a notas especializadas, el Barcelona perderá 137 millones en valor de marca tras la partida de su figura y con esto también la LIGA española pierde otro tanto.
Se dejarán de percibir recursos por venta de playeras, ingresos comerciales y los derechos de televisión, aspectos que entrarán a nueva etapa de negociación.
Por el contrario, el París Saint- Germain, equipo con sede en París, fundado en 1970 y conocido por sus siglas como el PSG, ya contaba, antes de la llegada del astro argentino a la poderosa plantilla, con otros jugadores – marca como Neymar, Sergio Ramos, Ángel Di María y el único astro francés que juega de titular en el once parisino, Kylian Mbappé.
El PSG, que juega en el estadio Parque de los Príncipes, representa a los nuevos galácticos del futbol mundial, por lo cual su valor de casi mil millones de euros, ha crecido un 20% con la llegada del Rosarino.
Los datos anteriores no dejan lugar a dudas que una marca personal sí impacta la marca institucional cuando ésta se trata de un astro de clase mundial.
En cuanto a la vida deportiva del Barcelona, equipo ubicado en los primeros tres del mundo, ésta no se acaba con la partida de Messi, sin duda vendrán nuevas figuras y canteranos a darles más alegrías a la plantilla que representa a esta noble y tradicional ciudad española.
Es indudable que los ojos del mundo están puestos de nuevo en la Ciudad de la Luz, poseedora de grandes atractivos y también próxima sede de los Juegos Olímpicos en el 2024.
Nos encontraremos más adelante.