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Según un estudio de McKinsey & Company, los consumidores prefieren marcas que respetan las tradiciones locales.
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Según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, cualquier intento de comercializar productos sin respeto hacia sus orígenes puede ser visto como un acto de apropiación cultural.
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La tendencia hacia el consumo consciente refleja un interés creciente por los impactos sociales, ambientales y culturales de las marcas.
El pozole, uno de los platillos más emblemáticos de la gastronomía mexicana, ha sido protagonista de una nueva controversia después de que la marca estadounidense Pozolazo USA promocionara una versión instantánea de este tradicional guiso. Al igual que los populares productos tipo Maruchan, esta versión de pozole instantáneo ha generado una avalancha de críticas en redes sociales, especialmente en México, donde muchos consideran que la marca está apropiándose de un platillo culturalmente significativo.
Desde su lanzamiento, Pozolazo USA ha sido el blanco de comentarios enojados, con usuarios mexicanos expresando su desaprobación por la “transformación” del pozole en un producto de comida rápida. Los comentarios no se han hecho esperar, y muchos mexicanos no han dudado en compartir sus preocupaciones, señalando que este tipo de productos trivializan y desvirtúan la rica tradición culinaria de México, con comentarios como: “¿Dónde mi abuelita se enterará de esto?” en tono de burla, haciendo referencia a la receta auténtica que se prepara de manera artesanal y con amor en muchas familias mexicanas.
@pozolazousa Watching the game just got tastier! Heat it up, sit back, and enjoy. Grab yours today! #pozole #pozolazo #fyp #heb #freshthymemarket #asmr ♬ ‘Bout It – JMSN
La controversia se ha expandido rápidamente, con la crítica centrada en la percepción de que la marca está “apropiándose” de la cultura mexicana. Los detractores del producto sostienen que, al ofrecer un pozole instantáneo, están modificando un platillo que, más allá de su sabor, tiene un profundo significado cultural y es un símbolo de reunión familiar y celebración en México. En lugar de ser un alimento que se disfruta con tiempo y en compañía de seres queridos, el pozole instantáneo ha sido visto por algunos como un intento de simplificar y comercializar lo que debería mantenerse como una tradición.
Por otro lado, algunos usuarios han reaccionado a la controversia con humor, señalando que la versión instantánea de pozole podría no ser tan mala si sirve como una opción rápida para aquellos que desean disfrutar del sabor del pozole sin tener que esperar horas en la cocina. Sin embargo, el sentimiento generalizado en las redes sigue siendo el de rechazo, con muchas personas defendiendo la autenticidad del platillo y cuestionando si esta versión “express” realmente tiene cabida en la tradición gastronómica mexicana en los Estados Unidos.
Este fenómeno pone en evidencia cómo la comida, más allá de ser un simple acto de nutrición, es un reflejo de la identidad cultural, y cualquier intento de alterarla o apropiarse de ella puede generar controversia, especialmente cuando se trata de un platillo tan emblemático como el pozole.
Y es que, la globalización ha tenido un impacto profundo en las industrias de consumo, incluida la alimentaria, al facilitar el acceso a productos de diferentes culturas y mercados internacionales. Este fenómeno ha llevado a la creación y expansión de productos globales, lo que ha permitido que una gran variedad de alimentos, bebidas y artículos de consumo sean accesibles en todo el mundo.
La cocina, como una expresión cultural, refleja tanto la historia como los procesos sociales de una comunidad, y cualquier intento de comercializar o transformar estos productos puede ser visto como una apropiación si no se manejan con el respeto necesario. En este sentido, la globalización ha permitido que productos como la comida rápida, las bebidas y los alimentos procesados sean fácilmente accesibles en mercados internacionales. Marcas globales como McDonald’s, Coca-Cola, Nestlé o Unilever han expandido su presencia en todo el mundo, adaptando sus productos a los gustos y preferencias locales.
Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la globalización ha facilitado el acceso a mercados internacionales y ha cambiado la producción de alimentos en muchos países, permitiendo el acceso a productos globales en mercados locales.
Un estudio de McKinsey & Company sobre el impacto de las marcas globales en el consumo local muestra que los consumidores están cada vez más interesados en conocer el origen de los productos que consumen y prefieren marcas que respeten las tradiciones locales y las culturas. Esto indica una tendencia hacia el consumo consciente y responsable en un mercado tan globalizado.
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