Captar y mantener la atención de una audiencia durante una conferencia suele ser un gran desafío, sin embargo, existen varias estrategias que pueden hacer una presentación más atractiva y mantener a una audiencia comprometida, primero llamando la atención y luego, lo que es más importante, manteniéndola.

La atención es nuestro bien más preciado. Estimaciones comunes de la capacidad de atención de adolescentes y adultos sanos varían de 10 a 20 minutos; sin embargo, no hay evidencia empírica para esta estimación. ​ Las personas pueden elegir repetidamente volver a enfocarse en lo mismo.

Si la audiencia es a través de un canal digital, esta requiere de una mayor adaptación de la comunicación, ya que es más fácil perder la atención en una reunión por videollamada. Esto se debe a que en una reunión presencial los participantes buscan información en los ojos, la postura, el tono de voz y los movimientos del interlocutor. Algo que no es posible en una reunión en remoto. 

Desafortunadamente, capturar oídos y ojos no es suficiente. Ganar la atención es solo el principio; mantenerla es otro tema. Es por eso que los comunicadores no solo despliegan activamente formas de captar la atención, sino que también trabajan para sostenerla. La técnica común es involucrar a la audiencia para mantenerla enfocada. Pero ¿cómo lograrlo? Los expertos sugieren tres fórmulas.

Vínculo físico. A donde vaya el cuerpo, lo seguirá el cerebro, se dice. Esto significa que hay que provocar a que la audiencia haga algo con sus cuerpos, esto generará compromiso. Se trate de una exposición presencial o una reunión virtual, piensen en cómo puede incluir la participación física en sus actividades.

En este sentido, realiza preguntas, pídales que levanten la mano, que observen un video o lean un texto, la fórmula es incentivar la participación. Esto puede mantener a la audiencia comprometida y hacer que se sientan más involucrados.

Vínculo mental. Evitar que la audiencia se distraiga, se convierte en una lucha perenne. Una manera de abordarlo es fomentando el compromiso cognitivo. Hay tres formas sencillas de lograrlo: hacer preguntas a lo largo de la presentación; incorporar declaraciones, datos y estadísticas provocativas; e introducir analogías ingeniosas.

Cuando se hace una pregunta, las personas casi automáticamente comienzan a considerar su respuesta, pasando así de la escucha pasiva a la participación activa.

Vínculo Oral. Se refiere al uso de palabras inclusivas, lenguaje que viaja en el tiempo y referencias a perspectivas o experiencias compartidas. Un contenido inclusivo significa invitar a las personas a su comunicación, según el experto Matt Abrahams. Por ejemplo, estamos programados para animarnos cuando escuchamos nuestro nombre, así como cuando escuchamos la palabra “tú”. Mencione los nombres de los participantes y utilice frases como “Como sabes…” o “Quizás te estés preguntando…” o “Hoy aprenderás…”

Esto no quiere decir que estas tres técnicas deban utilizarse en forma individual. Lo más efectivo es tratar de combinarlas a la vez para aumentar y potenciar su efecto. Por ejemplo, las encuestas son una magnífica alternativa para involucrar tanto al cerebro como al cuerpo. Funciona con una pregunta de encuesta tan simple como: “Levanten la mano aquellos que vayan a votar por primera vez”

Si bien las técnicas de participación se pueden utilizar en cualquier momento, son especialmente críticas al iniciar reuniones, presentaciones o discursos. Un buen ejemplo son las películas de acción. De inmediato te involucran en una escena llamativa y el actor hace algo impresionante que provoca curiosidad desde el inicio. De manera similar, involucrar a la audiencia haciendo una pregunta, realizando una encuesta, mostrando un video o usando una analogía antes de presentarse establece un tono enérgico y memorable.

Lo que tienes que decir es importante, así que date la mejor oportunidad de transmitir tu mensaje a tu audiencia, primero llamando la atención y luego, lo que es más importante, manteniéndola. No olvidemos que cada audiencia es única, así que ajusta estas estrategias según las características específicas de tu público. 

Una última recomendación: Practicar tu presentación antes del evento puede ayudarte a perfeccionar tu estilo y asegurarte de que tu mensaje sea claro y convincente.