Esta semana hablamos de que Atari ya tenía la fecha para el lanzamiento de la Ataribox, su nueva consola con la que buscará regresar al mercado, pero parece que los cálculos de tiempo salieron mal pues cambiaron de decisión.
A lo largo de este año hemos visto cómo a través de diversas acciones de marketing, la legendaria compañía de videojuegos fue mostrando imágenes y aveces de lo que será la Ataribox, una consola que también apela a la nostalgia para conquistar (o reconquistar) a los gamers.
Atari tiene su origen en Sunnyvale, California, por allá de 1972, es una de las pioneras de la industria de los videojuegos que tuvo su apogeo a finales de la década de los setenta y principios de la de los ochenta.
El lunes pasado, Atari había publicado que la preventa de la nueva Ataribox comenzaría a partir del 14 de diciembre -este jueves- anticipando las expectativas que señalan que sería en la primavera de 2018.
Sin embargo, la compañía canceló inesperadamente la preventa para posponerla, sin dar una nueva fecha tentativa. Según un correo electrónico enviado a los posibles clientes (registrados) el motivo es que necesitan más tiempo “para crear la plataforma y el espacio que la comunidad Atari merece”.
Antes de que anunciara que la preventa iniciaría este jueves, Atari había indicado que la consola comenzaría a enviarse en la primavera de 2018. Se espera que la Ataribox tenga un precio entre 249 y 299 dólares.
¿Una mala decisión? Sabemos que generar expectativas en los consumidores y no cumplirles puede derivar en efectos negativos para las marcas. No cumplir con lo pactado inicialmente (6 por ciento), es una de las causas que alejan a los compradores de una marca, según una encuesta de la firma de consultoría YanHaas.
Pero, si dejamos a un lado el lado emocional -que es válido- como posibles clientes, podremos ver que también pudo ser una decisión inteligente. Supongamos que iniciaran preventas este día y que las primeras consolas que llegaran a los jugadores resultaran defectuosas. Es natural que sería un impacto negativo para la marca y desanimaría a otros posibles consumidores.
Detener los envíos y preparar un producto que realmente satisfaga las necesidades y, sobre todo, expectativas de los fans, se traducirá en mayores oportunidades en reconquistar fans y nuevos potenciales consumidores adeptos a los productos retro.
A Nintendo le ha ido bien, sólo la SNES Classic Mini ya vendió las dos millones de consolas desde su lanzamiento, esto sin contar la NES Classic Mini.
Otras compañías han tomado una decisión similar al detener el lanzamiento o presentación de nuevos productos bajo el mismo argumento: ofrecer una mejor calidad a sus clientes. Así sucedió con Apple el HomePod que tendrá que esperar para poder salir al mercado. Tesla hizo lo propio con el Semi Truck. Al final, Atari es una marca de nicho, podría molestar a algunos fans, pero si su consola cumple con las expectativas es muy probable que supere la falla de cálculo.