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Mabel Cadena, la mexicana que dará vida a Namora en Black Panther: Wakanda Forever compartió para Merca2.0 su visión sobre ambas industrias cinematográficas.
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La industria del cine en México ha enfrentado adversidades en los últimos años, desde problemas financieros como falta de espacios.
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“Creo que la diferencia de estar en un mercado internacional es que se empieza a visibilizar lo que ha costado que se visibilice”.
Mabel Cadena es una actriz mexicana internacional que recientemente debutará en las cintas de superhéroes como parte del elenco de ‘Black Panther: Wakanda Forever’. La película será la próxima entrega del Universo Cinematográfico de Marvel y la segunda del superhéroe.
La joven mexicana interpretará a uno de los personajes más emblemáticos del universo de Namor, Namora. Sin embargo, lo que para ella representa esta incursión va más allá de la internacionalización y el reconocimiento; representa el abrir una puerta más hacia la inclusión, hacia el desarrollo y de nuevas historias.
En entrevista exclusiva para Merca2.0, Mabel Cadena compartió lo que para ella significó dar vida a su personaje en una país en donde el cine se trabaja de una manera distinta. De la misma manera, compartió las que para ella son las fortalezas y debilidades de la industria en México.
Sobre la industria del cine en México
El cine en México, entendido como una industria ha perdido la profundidad y el impacto que gozaba en años anteriores. Lejos quedaron esos años en donde el Cine de Oro y los “primeros actores” realizaban más de 10 producciones nacionales al año. Hoy en día, el cine se halla en decadencia debido a muchos motivos.
La explicación larga se halla en el desinterés gubernamental de los años setenta y ochenta por seguir invirtiendo en películas franquicia, la progresiva desaparición de convenios internacionales y programas de financiamiento, y por qué no decirlo, el “monopolio” de las cadenas de cine que han acabado con el negocio de los grandes recintos que antaño adornaban, por ejemplo, las calles del Centro Histórico en la Ciudad de México.
Aunado a ello, tenemos que producciones nacionales enfocadas a un público más casual tampoco gozan de un éxito tan considerablemente alto. De hecho, valdría la pena recalcar que desde el estreno de ‘No se aceptan devoluciones’ en 2013, con información de Canacine, no ha habido ninguna otra película con tanto éxito comercial en el país. Entonces se recaudaron más de 600 millones de pesos. De la misma manera, la pandemia acabó por sepultar a una industria que poco o nada puede hacer por su propia cuenta.
Mabel Cadena: entre dos industrias
Mabel Cadena, quien logró ser reconocida por su trabajo de Amada Díaz en la película ‘El baile de los 41’, ahora forma parte del Universo Cinematográfico más rentable de la historia del cine.
La actriz compartió para Merca2.0 las que para ella son las diferencias entre ambos países a nivel de producción y, sobre todo, lo que representa el trabajar para una compañía con tanto peso como Disney.
“En sí, el lenguaje de la industria es el mismo. Yo tenía muchísimas dudas y miedos sobre la primera vez que iba a pisar ese set, y la verdad es que todas esas dudas se me quitaron cuando me di cuenta que sólo tenía que hacer lo que ya sabía hacer en México”.
“Sí cambia muchísimo, no sólo a nivel cultural, porque hay otras formas de abordar la dirección y la fotografía. Obviamente los recursos materiales y económicos son diferentes. Por supuesto que estas cosas crean diferencias en la realización, en los tiempos, en la materia que se utiliza para poder construir nuestros personajes, pero yo creo que para mí una cosa que fue súper linda descubrir en este universo es que mi trabajo como actriz valía”.
“Era tan importante como el trabajo del director y el fotógrafo y eso es algo que pocas veces he vivido. Aquí fue muy bonito darme cuenta que mi trabajo sí importaba a todo un equipo. Mi voz, la que quería darle a mi personaje era fundamental. A ellos les importaba que yo fuera escuchada. Es una experiencia que no siempre he tenido la oportunidad de vivir”.
La actriz narró que en México aún existen muchas debilidades y fortalezas que deben ser corregidas para poder hablar de una verdadera industria. Dentro de todo, destacó que algo que resulta interesante de trabajar para compañías tan grandes es que la voz se “internacionaliza”, por lo que luchas de consciencia social que en pequeñas producciones de México retumben sólo en ciertos grupos, rápidamente se extienden a lo largo del orbe con los recursos de Disney.
“Ahora he tenido la fortuna de trabajar en Estados Unidos, pero trabaje o no en cualquier otro país, mi lucha y mi consciencia siempre ha estado en representar mujeres, que a través de mí se redimensione su voz, se dignifiquen y se empoderen, que puedan contarse historias desde otros mundos, desde otros universos y no solamente los que conocemos. No sólo se trata de replicar estereotipos, como lo hemos hecho durante tanto tiempo”.
“Creo que la diferencia de estar en un mercado internacional es que se empieza a visibilizar lo que ha costado que se visibilice. Si bien hay muchos colegas, hay muchos actores y actrices, mexicanas y mexicanos que han trabajado mucho antes que yo para generar estas oportunidades, para mí sí se vuelve importantísimo que mujeres como yo y hombres como Tenoch hoy podamos estar en un universo como aquel en donde estamos, desde un lugar más mágico y poderoso, que personas con nuestro color de piel y nuestras facciones podamos ser representadas”.
“Creo que el mercado internacional da la posibilidad de que otros ojos, los ojos de esas personas que deciden hacer las narrativas y las historias, también vayan cambiando, que ya no siempre tengan las mismas formas y los mismos rostros, sino que podamos habitar en un mundo diverso, y eso es muy emocionante”.
Sobre la parte creativa del cine en México, Mabel ha considerado que ya hay un cambio notorio en el tipo de narrativas que se escriben. Desde su perspectiva, México poco a poco rebasa esta barrera de representación hegemónica, y busca ser cada vez más incluyente y diversa.
De la misma manera, destaca que poco a poco hay más oportunidad para que las mujeres cineastas compartan sus proyectos y se consoliden en una carrera que ha favorecido al sector masculino.
“He trabajado cada vez más con mujeres directoras y eso es bonito porque claro que cambia, no porque me guste más uno que otro, sino que es una experiencia diferente. En mi corta carrera, once años de profesional, he trabajado con dos mujeres nada más y para mí ha sido una revelación porque la forma de crear, comunicar y construir mundos es diferente.
Sin embargo, sin quitar el dedo de la llaga, señala que uno de los grandes problemas del cine en México se enmarca en el abandono de las instituciones gubernamentales. Y es que en los últimos años la mayoría de recortes presupuestales se han generado en el arte, particularmente en el apoyo cinematográfico. “Creo que es una industria llena de riquezas, pero también estamos cojeando de estímulos”, menciona.
Y es que, desde su posición como actriz, Mabel considera que para resolver problemas como el de la brecha salarial entre actores y actrices, y algunos otros temas, debe existir una cultura cinematográfica y social que además se vea favorecida del apoyo de dichas instituciones. “Sino tienes recursos para hacer una película, menos tendrás para poder dar salarios justos, dignos, para generar condiciones laborales dignas”, comenta. “Creo que esas son las áreas en las que más flaquea nuestra industria, en las que tendría este gobierno que entrar a fortalecer y echar mano”.
Sobre Namora y su participación en Black Panther
Finalmente, Mabel señaló que su interpretación en Black Panther ha sido significativa no sólo para ella, sino para el mensaje que quiere compartir con la audiencia. La apertura de espacios a latinos y principalmente a las mujeres en un negocio tan grande, con recursos ilimitados para compartir mensajes es un antes y un después para la industria del cine, un parteaguas que poco a poco aprenderá a normalizar lo que ahora se está visibilizando.
“Representa muchas cosas. Un mundo de esperanza y fe para las generaciones que vienen y para los oportunidades que se abren para los latinos, no sólo mi participación en Black Panther, sino que el ser considerada ahí, para mí, abrió un mundo de posibilidades que no sabía que existían. Ser parte de algo tan grande hace que pueda replantear el rumbo que quiero en mi vida, como mujer, como actriz, mis luchas, mi propio pensar, mi forma de sentir, mi conocimiento, empoderarme y empezar a construir esos mundos que, o me dijeron que no existían o que renuncié a ellos por no querer meterme en camisa de once varas”.
“Si bien creo que yo pude haberle dado a Namora muchísima fuerza física, intelectual, etcétera, Namora me regaló muchísima fuerza espiritual y fue súper importante complementar esto en la ficción y en la vida. Yo tenía muchísimo miedo de enfrentarme a este mundo, que es completamente desconocido para mí y tenía muchísimas dudas acerca de las cosas que consideraba que me hacían falta para encarnar a Namora”.
“Creo que en el proceso Namora me enseñó a ser amable conmigo misma y a entender que mis tiempos eran míos y que tenía que ser empática y amable con eso. Tenerme paciencia, lidiar con mis frustraciones. Eso es lo que me enseñó”.
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