• Under Armour reportó ingresos durante el 3Q por 1,430 millones de dólares

• Sin embargo, sus ventas de calzado y en Norteamérica perdieron terreno

• Un factor que combinado con la investigación de la SEC han dado un duro golpe a la marca

Cuando todo parecía ir en orden para Under Armour en su camino por competir contra las gigantes del sector como Nike y Adidas, han recibido un duro golpe, convirtiendo este día en un lunes negro.

Todo inició el domingo cuando la compañía de Baltimore informó que es investigada por la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por su sigla en inglés) y por el Departamento de Justicia, instancias con las que coopera para esclarecer las dudas sobre sus prácticas contables desde 2017.

Una mala combinación

Las declaraciones realizadas por la firma deportiva divulgados por The Wall Street Journal fueron una muy mala combinación, pues antecedieron a la publicación de sus resultados financieros correspondientes al tercer trimestre del año y, las pocas buenas noticias terminaron por diluirse entre los signos de alerta en sus números y la investigación por el gobierno estadounidense.

“La compañía comenzó a responder en julio de 2017 a solicitudes de documentos e información relacionados principalmente con sus prácticas contables y divulgaciones relacionadas, y la empresa cree firmemente que sus prácticas contables y divulgaciones fueron apropiadas”, indicó Under Armour en un comunicado citado por el medio estadounidense.

La acción de comunicación y relaciones públicas tenía buenas intenciones; buscaba proyectar una imagen de transparencia y tranquilidad por parte de la compañía en aras de influir en la opinión pública y de los inversionistas.

Sin embargo, tal parece que no fue suficiente para contener la preocupación. Y, es que pese a que reportó ingresos entre julio y septiembre por mil 430 millones de dólares, superando los mil 410 millones esperados por los analistas, y un crecimiento entre enero y septiembre de 0.5 por ciento respecto a 2018, acumulando una facturación de 3 mil 826 millones, sus acciones se desploman en Wall Street.

En el índice NYSE, los papeles de Under Armour pierden casi 20 por ciento (18.87 por ciento) este lunes. La razón es una suma de factores; por un lado tenemos la investigación por parte de la SEC, mientras que por el otro, recortó sus pronósticos de ingresos para el año fiscal 2019, de entre 3 y 4 por ciento a solamente 2 por ciento.

Un mercado feroz

Aunado a lo anterior, para la firma dirigida por Patrick Frisk (de reciente llegada como CEO), tiene un panorama muy complicado. Pese a haber crecido en los últimos años en los mercados internacionales y a que 2018 fue relativamente bueno para ellos, aún tienen como hándicap que se les dificulta mucho crecer en Estados Unidos, pese a contar con una notable estrategia de marketing y patrocinios, destacando embajadores de marca como Stephen Curry y Dwayne ‘The Rock’ Johnson.

A nivel global, el calzado deportivo es el que mayor tasa de crecimiento registra en el mercado apparel con un 6.8 por ciento anual, superando al de niños (6.2 por ciento), zapatos (4.7 por ciento), hombres (3.7 por ciento) y mujeres (3.3 por ciento), de acuerdo con datos de Just Style y Euromonitor.

El problema radica en que Under Armour está lejos de Nike y Adidas que lideran el mercado de athletic apparel con ventas superiores a los 39 mil y 25 mil millones de dólares, respectivamente, de acuerdo con datos de Moss Adams Capital y S&P Capital IQ.

Más aún, debemos considerar lo dado a conocer en su reporte trimestral en el que aunque aumentaron sus ingresos por la venta de ropa y accesorios 1 y 2 por ciento en cada categoría, la facturación por calzado se cayó un 12 por ciento, algo que es muy poco alentadora si lo sumamos a que las ventas en Norte América disminuyeron alrededor del 4 por ciento.

La marca ha crecido en reconocimiento a nivel internacional, de hecho en su reporte, su fundador Kevin Plank afirma que “construir nuestra imagen de marca se mantiene como nuestro principal objetivo”, algo que han trabajado por años, sin embargo, la realidad es que en ventas y rentabilidad de la compañía aún tienen mucho trabajo por realizar.