Cuando a finales del 2018 llegó a la administración federal el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, muchos albergaban la esperanza de que existiese un cambio, por lo menos en las altas esferas del poder, pero hay quienes no quieren ser “tontos” en el poder: Luis Cresencio Sandoval es uno de ellos.
Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad (MCCI) acaba de publicar detalles de viajes realizados por el actual secretario de la Defensa Nacional entre el 2021 y 2022, mismos que fueron detallados como giras de trabajo pero las “comitivas” estaban integradas principalmente por familiares cercanos del funcionario, así como amigos del mismo.
Nueva York, Italia, Guadalajara, son algunos de los destinos visitados por la esposa del general, hijos, nieta, nuera, consuegra, entre otros amigos y miembros de su familia.
Esta información se conoció gracias a un hackeo hecho por el grupo de activistas denominado Guacamaya a correos electrónicos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) a finales del año pasado, y que MCCI ha ido analizando desde entonces para divulgar los detalles.
Uno de los detalles que más llama la atención es el costo estimado de un viaje de 14 días por Italia para 7 adultos y un menor de edad. De acuerdo con la información analizada por MCCI dicha “actividad” (así se denomina en los correos hackeados a la Sedena) costó más de 2.4 millones de pesos, sin incluir comidas ni hospedaje.
La información publicada por MCCI aclara que la opacidad dentro de las filas de las fuerzas armadas mexicanas impide conocer si estos gastos salieron del bolsillo de la tesorería del Ejército. Sin embargo, dada la naturaleza del viaje y cómo se organizó desde el interior de la Sedena sería ingenuo creer que no tienen su origen en el erario.
“Quien llega a un cargo y no se aprovechaba era un tonto. Todo eso tiene que quedar atrás, el cambio tiene que significar poner por delante la honestidad, que va más allá de la honradez. No sólo es no robar, es, además de no robar, ser consecuente, es decir, actuar con principios, con ideales”, dijo semanas antes de asumir el poder Andrés Manuel López Obrador, en referencia a la transformación moral que debía tener el país.
En la Sedena, que cada vez tiene más poder de ejecución presupuestaria con la puesta en marcha del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, y las obras del Tren Maya, parece que el mensaje de la cartilla moral del Presidente no ha calado.
El comportamiento del Secretario de la Defensa Nacional recuerda a otros recientes, en la administración federal pasada que usaban vehículos oficiales para viajes personales. Específicamente hablo de Emilio Lozoya, ex director de Pemex.
Además del conocido caso de corrupción de Agronitrogenados, la Auditoría Superior de la Federación en su momento detectó que Lozoya utilizó jets de Pemex y helicópteros adquiridos para luchar contra el robo de combustible para traslados personales dentro y fuera del país.
Citando a López Obrador, Emilio Lozoya tampoco es “un tonto”, pero hoy está tras las rejas.