Por Paco Santamaría y Anaí Aguilar
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Paco X. Que a mi tía le robaron su coche , justo enfrente de su casa. Bueno eso fue lo que le dijo a todos. Al final se supo la verdad de todo. Lo vendió para irse a jugar al Bingo a escondidas, ¿curioso no? Hoy el jugar y apostar es más que una moda y un comportamiento de marcado, también un padecimiento que ataca y muchas veces deja en la ruina no sólo al que apuesta, también a los que lo rodean en su círculo cercano, ¿Dónde está el balance entre entretenimiento y enfermedad?
Anaí Y. Dices algo interesante. ¿Cuántas veces no hemos escuchado divorcios, perdidas del patrimonio, hijos sin colegiatura, y un sin fin de perdidas a causa de esto? Me pones a pensar, y creo que es más común de lo que pensamos. Y, creo, que gracias a ellos los casinos son un gran negocio. ¿Cómo empieza la carrera de un adicto al juego?
Paco X. Así, jugando , como si nada. De pronto se descubren jugando muchas horas, hasta las tres de la mañana todos los días, vendiendo el coche para seguir jugando, mintiendo para escaparse a jugar al Bingo. De hecho es muy curioso, pero si eres observador, te darás cuenta que en todos los casinos, los coches de los que están adentro no se ven, esto es porque muchos hombre y mujeres, mienten y ocultan que están jugando. Les dicen a sus parejas o familia que están haciendo otras cosas. Lo que sí es que veo muchas mujeres en esto, ¿Por qué hay tantas mujeres con ludopatía? y volviendo a mi pregunta que no me contestaste, ¡Jejeje! ¿Hasta dónde es entretenimiento y hasta dónde enfermedad?
Anaí Y. Me gustaría contestarte a tus preguntas, pero no soy una experta en el tema. Lo que te diré es bajo mi percepción, creo que el punto que diferencia entretenimiento con enfermedad es cuando ya lo necesitas; como cualquier otra adicción. Ese breakpoint cuando ya es vital en tu día, es cuando es un problema. Las mujeres… no me gusta escucharme, pero los ideales de las mujeres ya cambiaron y creo que es una forma de llenar un vacío. Me gustaría escuchar contestando estas dos preguntas que me lanzaste a la yugular….
Paco x. Sí, parece un lugar común pero es un fenómeno que esta muy cerca y que lo veo creciendo , cada día hay mas salas de juego y más gente que invierte su dinero en jugar y me pregunto: ¿Qué está pasando? Por cierto , no entendí, ¿vas a responder o no las preguntas?
Anaí Y. Claro, es un movimiento social. Todo es un movimiento social. ¿Qué pasa cuando tienes 40 años, sin hijos, sin familia, vas a trabajar y llegas a tu casa a enfrentar la soledad? Irte a un restaurante, al cine, a un museo, requiere compañía; irte a un casino a jugar frente a una máquina, no lo necesitas. ¿Suena lógico?
Paco X. ¡Jajaja! A esto en mercadotecnia le llamamos nido vacío. Y es cuando los clientes ya alcanzaron cierta plenitud profesional, ya tienen una familia consolidada, ciertas metas alcanzadas, ya llegaron en cierto sentido y se preguntan así mismos ¿Qué sigue? Entonces entra un vacío muy fuerte que tiene que llegar, porque quizá los hijos ya están crecidos y en su onda. Al final somos seres humanos que necesitamos llenar nuestra vida de cosas, ¿A ti te va a pasar lo del nido vacío? ¿Cómo a qué edad crees que te llegue?
Anai Y. No te podría decir si me va a pasar. Yo creo que la edad es lo de menos; eso si es etiquetar. ¿A poco una niña de 15 años no puede entrar en este nido? ¿Te piden IFE como requisito?
Paco X. Sí sólo es para mayores de edad , de hecho no puedes cobrar un premio si eres menor , antes eran mas tolerantes, pero ahora ya no. El perfil de los clientes son principalmente mujeres entre 30 y 70 años. ¿por que crees que sólo le interesa jugar principalmente a las mujeres ?
Anai Y. No, no, creo que tu dispersión está de vuelta. El nido de vacío no necesita ser llenado necesariamente por casinos, puede haber muchas otras actividades o adicciones que lo hagan. Tengo varias teorías sobre las mujeres en los casinos: soledad, mucho tiempo, dinero que no necesariamente producen, sin hijos o esposo que cuidar….. ¿Tú, qué piensas?
Paco X. Yo creo que menos juego y más vida. Más entretenimiento y menos alienación y vacío.
