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La pandemia de COVID-19 ha dejado una serie de desafíos, que han hecho del mechandising una de las tantas oportunidades que se han explotado en medio de este fenómeno.
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El mercado de lujo ha sido de los más afectados por la pandemia, teniendo que recurrir a medidas ordinarias para seguir siendo relevantes.
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El diseño se ha convertido en un elemento indispensable en medio de la pandemia de COVID-19 que estamos viviendo.
La pandemia de COVID-19 ha planteado nuevas reglas en el mercado y estas normas establecen una serie de patrones, a los que debemos de estar atentos para poder comprender el valor del consumo.
Ante un fenómeno como la pandemia, el consumo se ha transformado y apuesta por acciones que no podemos dejar de observar, por la capacidad que tienen de innovar en la manera como buscan mantener sus ventas.
Dentro del mercado de lujo esto no ha sido la excepción y las marcas de esta industria han recurrido a medidas ordinarias como el convertir estacionamientos en boutiques u ofrecer servicio de restaurantes de comida rápida cuando cuentan con estrellas Michelin.
Toda esta serie de elementos se han patentado y nos recuerdan el valor que hay en la experiencia sobre todo cuando esta piensa en función de las restricciones que sigue habiendo contra la pandemia de COVID-19.
En cuanto al caso de que Louis Vuitton lanza una costosa careta contra el COVID-19, el hecho nos recuerda cómo las marcas de este segmento han comenzado a lucrar con la necesidad de protegernos.
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La NBA o Disney, por ejemplo, también demostraron que se puede lucrar con sus licencias y la necesidad de evitar el contagio de COVID-19, lanzando cubrebocas con la imagen de los equipos de la NBA o los personajes e historias que por tanto tiempo ha explotado Disney.
La exclusividad se patenta en medio de la pandemia
Las marcas están refinando sus estrategias en medio de la pandemia, para ofrecer al consumidor nuevas experiencias que aparentemente los distingue del resto de consumidores, quienes no pueden pagar por estos servicios.
Louis Vuitton lanza una careta cuyo precio es de más de 20 mil pesos y la idea es buena para los consumidores que están fidelizados con la marca, sin embargo, es una propuesta agridulce pues el costo y el motivo para el que sirve contrasta con la necesidad que sigue habiendo en decenas de países, entre ellos México, para contener la pandemia de COVID-19.
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Esta no es la primera vez que Louis Vuitton sorprende con un producto ordinario a alto costo, de hecho, el resto de marcas de lujo han encontrado en el lanzamiento de productos ordinarios a alto costo un verdadero deporte.
Si bien parece que marcs de lujo lucran con la pandemia, otras han buscado adaptar su concepto de venta exclusiva a la contingencia por la que atravesamos.
Centros comerciales de marcas exclusivas en Estados Unidos, acondicionaron sus estacionamientos, para contar ahí con boutiques improvisadas que permitían a los consumidores comprar al aire libre, mientras que en México, categorías como los cines exclusivos han comenzado a llevar este concepto pero a los autocinemas, tal como ha ocurrido con Cinemex y su versión platino.
Las marcas ante la pandemia
Hemos visto cualquier cantidad de acciones por parte de las marcas en medio de la pandemia. Unas se han lanzado a reconvertirse, por ejemplo, Kodak anunció que se convertía en un laboratorio farmacéutico, otras marcas han migrado a nuevas categorías, pero lo más importante ha sido ver las marcas que hacen activismo contra el COVID-19, ahí radica el valor que aprecia el consumidor y que lo hace apostar por marcas empáticas con su necesidad no de lujo, sino de preservar en buenas condiciones su salud.