Ya lo han dicho muchos. Lo han escrito en la literatura universal de muchas maneras, el gran tesoro que buscamos los humanos desde hace muchos miles de años son dos cosas fundamentales: La juventud y la belleza.
Obras de contenido universal que ya son clásicos como Fausto (De Goethe, 1808-1832), El Retrato de Dorian Gray (Oscar Wilde, 1890), entre otras muchas hablan de la búsqueda, la obsesión y la adicta necesidad de encontrar la juventud permanente. De ser por siempre jóvenes y bellos. Esto es lo que buscamos todos en materia de consumo de estilo de vida. Es más que una obsesión, es una hambre permanente que será insaciable. Para algunos incontrolable y para otros más manejable.
Ser jóvenes y bellos es una tendencia permanente en todos los humanos y prevalecerá hasta que el mundo sea mundo. Por siempre y para siempre. Este fenómeno antropológico y social se convierte en algo cada día más aceptado. Lo observo mucho en mensajes implícitos y en discursos interiores de marcas, productos, servicios, estilos de vida, segmentos, experiencias offline y realidades online.
¿Por qué ser una Sugar Baby o un Sugar Daddy? Una Sugar Baby -Mujer joven que busca acuerdos con hombres mayores para obtener relaciones gana-gana a cambio de su compañía- Necesita mantener su estilo de vida, viajar y vivir experiencias inolvidables para compartirlas en su vida digital de Instagram- requiere de contenido de experiencias para difundir. Por el otro lado y la contraparte, un Sugar Daddy es un hombre que tiene recursos económicos y materiales, es influyente y busca mantener esta juventud permanente muy cerca de si mismo. Salir ahora con las mujeres que no pudo salir en su juventud. Se alimenta de juventud y belleza, casi la absorbe y la chupa. Y por esto puede pagar lo que sea necesario. Esta es es una vinculación perfecta entre gustos tribales. El acuerdo perfecto y la relación perfecta. Y en el medio está todo el contenido y consumo que veremos como una cascada imparable en 2018. Observaremos muchas relaciones, que antes nos perecían incongruentes y las observamos en la vida digital de muchas personas. Mujeres jóvenes que publican constantemente en su vida digital viajes y estilos de vida impagables para su edad o nivel socioeconómico. Muchos políticos, empresarios y dirigentes dejarán ver su lado “Sugar Daddy” y prácticamente iniciarán una recluta de su colección de Sugar Babys, ¿Cuál será el epicentro del todo? Pues ya existen ambientes digitales que facilitan los encuentros entre estas dos personalidades y promueven estas relaciones gana-gana. Guadalajara, México es un epicentro donde muchas Sugar Babys mujeres buscarán seguir este estereotipo para buscar un mejor estilo de vida y así consumir marcas de lujo y viajes exóticos. De hecho, uno de los pioneros del estilo de vida del Sugar Daddy mexicano es un ex rector de una universidad pública de Guadalajara, los que lo ubican saben a quién me refiero.
No intento hacer una apología de nuevos valores, ni discrimino a nadie por su estilo de relaciones interpersonales. Lo que hago aquí es detonar y difundir un comportamiento antropológico social que se está desarrollando con gran crecimiento en nuestras sociedad actual, ¿Disruptivo, auto destructivo o de evolución? Esto a mi no me toca juzgarlo, sólo lo observo y lo intento entender, como cualquier científico social y aliado de las marcas.