Internacional.- Más allá del discurso de si odiamos o amamos a las mujeres de la familia Kardashian, es un hecho indiscutible que han sabido vender su imagen y convertirse en una marca redituable. Y su estrategia de mercadotecnia funciona a muchos niveles. De una forma u otra, hay varios puntos que se les pueden aprender.
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Las Kardashian no saltaron a la fama por su reality show, eso fue una consecuencia de todo el entramado de mercadotecnia que crearon antes. Kim, que parece el cerebro empresarial, es dueña de líneas de accesorios, fragancias y ropa, y antes de saltar al éxito se dedicaba a reacondicionar y ordenar los vestidores de personalidades como Paris Hilton. Desde entonces sabía con quién codearse, pero eso tampoco fue lo que logró su éxito mercadotécnico.
En el 2007, Kim salía con el cantante Ray J y ese mismo año, se distribuyó un video casero de Kim que la metió en el ojo del huracán. Curiosamente, ella y su madre Kris Jenner tomaron como mantra la frase “No hay publicidad que sea mala publicidad” y le dieron un giro al escándalo, no solo ganando millones con una demanda, sino convirtiendo el fenómeno en una excusa para comenzar a atraer publicidad positiva y entonces sí, llegó el reality y también el imperio.
Las Kardashian, desde entonces, se han mantenido en la mira pública y no han dejado de vender. Se llegó al punto en el que –dicen- Armani le pagó a Kim $25,000 dólares tan solo por un tweet en el que decían que un modelo de pantalones de la marca era muy bonito.
Las mujeres de la familia dan de qué hablar y han construido todo alrededor de sus fans, esos que se han visto irremediablemente atraídos hacia un estilo de vida envidiable e idílica –afectan directamente a sus deseos – y que son escuchados por las hermanas en las redes sociales, siendo involucrados en la conversación con ellas – engagement del cliente.
En Tumblr, las Kardashian reblogueaban algunas imágenes de sus fanáticos que hacían alusión a ellas cada jueves, por ejemplo. En Twitter hablan de temas actuales, están en contacto con los que las siguen mediante las redes sociales. Business Insider deja de manifiesto lo útil para la mercadotecnia de las Kardashian que es para ellas estar en casi todas las redes sociales habidas y por haber.
Otro de los puntos importantes en las Kardashian es que se mantienen unidas, se venden como familia. Por más que Kim sea un producto único que se vende bien, es el paquete familiar lo que las hace poderosas. Esto nos enseña a crear una empresa con bases, si bien no precisamente familiares, sí sólidas, con alianzas y asociaciones en las que se puedan confiar al cien por ciento.
Finalmente, ubicaron bien su target y su marca. Desde cierto punto, es notorio que las Kardashian venden una sola cosa: estilo de vida. Y han buscado los nichos y negocios adecuados para hacerlo, desde el canal de televisión adecuado hasta los productos precisos para vender, son congruentes con sus ofrecimientos y con la imagen que se han construido.
Quizá, en efecto, el nombre de su padre, Robert Kardashian, se hiciera famoso luego del juicio de O.J. Simpson, pero el imperio del lujo, es solo de ellas.