En México más de la mitad de la población tiene problemas con el sobrepeso. En países como Perú, Chile y el nuestro, uno de cada cuatro niños de 4 a 10 años de edad presenta obesidad. La obesidad es un problema de salud pública que afecta a países de toda la orbe. De acuerdo con Statista, Estados Unidos prevé que para 2020 el 20 por ciento de todos sus adultos, tendrán sobrepeso, lo que eventualmente les podría costar 65 por ciento del gasto público.

Los gobiernos han tomado ya acciones que en muchos casos, buscan prevenir el consumo de alimentos con alto contenido de azúcar o grasas, acompañados de campañas como: “Muévete y métete en cintura” o “Chécate, mídete, muévete” antes de analizar los diversos factores que inciden directamente en este grave problema de salud pública. Dinamarca fue el primer país en implementar un impuesto sobre las grasas. México no es la excepción; el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) aplicado a las bebidas azucaradas y a la “comida chatarra” está en vigor. Este es un claro ejemplo en donde la reacción no necesariamente es la mejor opción cuando se trata de atacar un problema de gran magnitud.

Según el artículo “Antecedentes Históricos Sociales de la Obesidad en México” publicado en 2006 por Medigraphic; los factores que influyen directamente en los problemas de obesidad son los genéticos adaptativos, socio culturales, socio económicos, situación nutricional y estilo de vida. Siendo todos protagonistas en mayor o menor medida de este problema.

[g1_quote author_description_format=”%link%” align=”none” size=”m” style=”simple” template=”03″]

Estados Unidos prevé que para 2020 el 20 por ciento de todos sus adultos, tendrán sobrepeso

[/g1_quote]

No obstante, existen algunas marcas en el país que llevan ya un largo camino recorrido en estrategias que buscan mejorar la salud y calidad de vida de sus consumidores, para de esta manera impactar en la sociedad y lograr resultados tangibles que beneficien a sus miembros y evidentemente, a la industria. Aspectos que van desde la prevención de la obesidad modificando hábitos alimenticios, hasta implementaciones sustentables, son solo algunas de las acciones que han empleado para permanecer vigentes.

Coca-Cola, invirtió en ampliar el alcance de nuevos formatos para sus bebidas por ejemplo, la lata que contiene dos terceras partes de la porción original (235 ml.) además, introdujo en el mercado más opciones de baja ingesta calórica o incluso nula. La preocupación por tener al alcance de todos sus consumidores un producto que se ajuste a las necesidades imperantes de la sociedad y que produzca algún beneficio para esta, ha sido una de sus líneas de acción más importantes durante los 90 años que lleva en el mercado mexicano.

Apenas en el pasado mes de mayo, Coca-Cola publicó un desplegado en el que mencionaban algunos de los compromisos con el país, destacando la cooperación entre sociedad civil, gobierno, academia e iniciativa privada, el compromiso con el empleo y finalmente la devolución a la naturaleza el 100 por ciento del agua que utilizan.

En el sector de los alimentos, Bimbo lanzó al mercado la línea de pan Thins, por ejemplo. Reduciendo el consumo calórico por pieza a 103 calorías. Un esfuerzo más por penetrar o modificar los hábitos de consumo en un mercado que presenta muchos retos a futuro.

El problema de obesidad en México obedece a una acumulación de factores. Las campañas gubernamentales de prevención y los impuestos no servirán del todo, mientras el consumidor no haga cambios sustanciales en su comportamiento. La educación formal e informal en este caso, es más la responsable directa en las decisiones informadas que cualquier campaña de marketing o desprestigio.