La web 2.0, el internet que todos conocemos y al que estamos acostumbrados, es una web bidireccional donde los usuarios podemos acceder a información con la que podemos interactuar. Esto lo vemos todos los días cuando creamos post, subimos fotos, reaccionamos a una publicación, o registramos una propiedad en Airbnb, etc. Es la web de Google, Facebook, Youtube, Twitter, entre otros.
La web 1.0 y la 2.0, están basadas en redes centralizadas manejadas por diferentes multinacionales, que tienen el poder de controlar el flujo de la información.
La web 3.0, en cambio, está basada en redes Blockchain descentralizadas, que prometen no estar bajo el dominio de alguna institución o empresa. En esta nueva versión de la web tenemos herramientas como Cripto tokens, NFTs, DeFi, DAOs, entre otras, con la que construiremos una nueva economía más justa y colaborativa.
Se puede decir que en la web 1.0 podíamos acceder a internet, en la web 2.0 formamos parte de internet y en la web 3.0 todos somos dueños de internet.
El Metaverso, por otro lado, es un entorno digital, formado por mundos virtuales inmersivos y sitios digitales 2D, interconectados entre sí, a través de redes descentralizadas llamadas Blockchain, que aún está en construcción.
Por ahora, solo podemos hablar de protometaversos separados unos de los otros, que en un momento se conectarán y formarán un Metaverso único.
Uno de los mayores retos que enfrentamos en la construcción del Metaverso es la interoperabilidad. Que, en la web 3.0, es la capacidad de dos o más protometaversos para intercambiar información y utilizar la información intercambiada.
En otras palabras, para hablar de un Metaverso completo, es necesario que los diferentes protometaversos que existen puedan intercambiar recursos entre
ellos y que estos recursos puedan ser usados por los usuarios en cualquier parte del ecosistema.
A pesar de que esta interoperabilidad aún no está resuelta, este es el mejor momento para empezar a crear proyectos web 3.0, que ya es una realidad.
Por su naturaleza, este tipo de proyectos requieren mucho tiempo para alcanzar un equilibro económico y una tecnología estable. Es importante empezar ahora a construir las empresas del futuro y no esperar a que todo este hecho, dentro de este increíble universo digital.
¿Tienes algún comentario sobre este texto? ¿Te puedo ayudar en algo? Escríbeme. Será un gusto platicar contigo.
Alberto Arroyo