¿Qué es la personalidad? La personalidad se puede definir literalmente como el conjunto de rasgos y cualidades que configuran la manera de ser de una persona y la diferencian de las demás. También podríamos definirlo como el conjunto de actitudes, pensamientos, sentimientos y repertorio conductual que caracteriza a una persona, y cuyos rasgos son generalmente persistentes a lo largo de su vida. Por lo tanto, está determinada por las características internas que hacen que el individuo se relacione en su entorno.
En el ámbito de Marketing existen diferentes teorías que explican la manera en como compramos y como nos comportamos ante los diversos productos que existen en el mercado. Una muy interesante teoría es la Teoría Freudiana y la personalidad del producto, la cual considera que los impulsos humanos son inconscientes y que los consumidores no se percatan de los verdaderos impulsos por los que deciden la compra. Es decir, esta teoría, asegura que las compras se visualizan como un reflejo y extensión de la personalidad de cada consumidor.
Esta teoría también menciona que las personas están divididas por el id o ello, el yo, y el super ego o super yo. El id se refiere al almacén de pulsaciones primitivas e impulsivas, para las cuales el individuo busca satisfacción inmediata sin considerar los medios específicos. El super ego es la expresión de la moral y los códigos de conducta de la sociedad, vigila que el individuo satisfaga sus necesidades en formas socialmente aceptables. En si es el “freno” que determina lo que se debe o no debe hacer.
El ego o yo es el control consciente del individuo. Es un vigilante interno que intenta equilibrar las demandas internas del id y las restricciones socioculturales del super ego. Esta teoría se aplica en Mercadotecnia orientando el anuncio o la publicidad a una parte de nuestra personalidad, es decir, en ocasiones llama al yo, en ocasiones al super yo y en otras ocasiones al ello.
También existe otra conocida teoría llamada la Teoría Neofreudiana de Horney, la cual explica que las relaciones sociales son fundamentales para la formación y desarrollo de la personalidad. Horney divide a las personas como: complacientes, agresivos e independientes. Los complacientes tienden a movilizarse hacia los demás, tienen el deseo de ser amados, deseados y apreciados. Los agresivos se movilizan en contra de otras personas y tienen el deseo de sobresalir y llamar la atención. Los independientes se movilizan para alejarse de los demás, desean independencia, autonomía y autosuficiencia.