Tengo muchos amigos que nacieron en los inicios de los 90. Pululan a mi alrededor como mariposas que aletean y me salpican con sus vivencias y pensamientos. Más que convertirme en un “etiquetador” generacional o Bluffer de terminajos de mercadotecnia, soy un observador, un científico social de los comportamientos que van acompañados de la edad, la tecnología, las experiencias generacionales, que se aterrizan en misiones de compra y filosofías de vida. En la mismísima identidad.
Observo a mis compañeros humanos más jóvenes que llamaré old millennials, (los millennials viejos o veteranos) nacidos por los 90. Que ahora tienen entre 23 y 29 años y los noto particularmente infelices y un poco perdidos. Empapados en una infelicidad provocada por no cumplir sus expectativas, ¿qué es lo que pasa aquí?, ¿por qué esta gama de seres humanos están inquietos y con un toque de infelicidad? En primer lugar, ellos no tienen mucha de la culpa, sólo parte. En cierto sentido esta infelicidad y depresión generacional es normal. Normal cuando chocan las expectativas en contra de la realidad. En esta gama generacional: La felicidad = realidad – expectativas.
¿Cómo dialogamos y enfrentamos esta carga de infelicidad con nuestros socios, amigos, colaboradores o compañeros de trabajo? la realidad es que tenemos que aprender a crecer con toda esta carga de emociones generacionales. Los old millennials están infelices porque sus expectativas son mucho más superiores a la realidad en la que viven. Duro, pero esto es lo que les provoca la infelicidad que cargan y que detona su comportamiento de vida y de compra.
Paso número uno. Lo importante aquí para ayudarlos y que nos ayuden. Para negociar en este diálogo generacional es hacerlos entender que no son tan especiales como ellos creen que son. Y que tienen que luchar como uno más por alcanzar sus sueños. Como los Babyboomers que trabajaron años para construir sus ahorros y patrimonios, así, quizá de diferente manera y a su estilo, pero tienen que empezar a luchar por alcanzar sus sueños y expectativas. Mientras les decíamos a los de la generación X que ellos no eran ni serán su trabajo. A los millennials veteranos les tenemos que decir que se arranquen a luchar porque no son tan especiales como ellos creen que son y menos serán una marca única y fuerte como Facebook. Lo que nos queda es luchar y dialogar entre generaciones para entendernos mejor y buscar la felicidad en el terreno profesional, emocional y de experiencias de vida. Como lo dijo Darwin y yo lo repito: Organismo que no se adapta, termina por ser devorado por sus depredadores.