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De 2012 a 2013, el valor de un spot durante el subió 500 mil dólares, según Kantar Media.
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El Gran Tazón registró una audiencia de 98.2 millones de personas lo que significa un descenso de 5 por ciento.
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El público que siguió el encuentro por streaming aumentó 31 por ciento (2.6 millones de espectadores).
Durante el fin de semana tuvo lugar uno de los eventos deportivos que, históricamente, prometía ser una de las vitrinas más importantes para las marcas; sin embargo, esta premisa que por décadas dicto las agendas de mercadotecnia comienza a perder vigencia ante un Super Bowl que obtuvo la peor audiencia de los últimos 10 años.
En su edición 53 el Gran Tazón registró una audiencia de 98.2 millones de personas lo que significa un descenso de 5 por ciento con respecto al año pasado, según datos de Nielsen. Esta cifra es equiparable a los índices de audiencia alcanzados durante 2009.
¿La publicidad pierde?
Con estos números, mucho se ha puesto en duda la efectividad de los spots transmitidos durante la esperada final, mismo que año con año manejan costos más que elevados.
Aunque la final de la NFL se mantiene como el evento televisivo del año más visto en Estados Unidos, lo cierto es que la audiencia alcanzó su punto máximo hace cuatro años en la edición de 2015 cuando logró atraer a 103.4 millones de espectadores, cifra que en aquel momento representó la menor cantidad en nueve años.
A primera vista esto podría suponer un riesgo para el negocio publicitario detrás del gran evento. A menos audiencia menor precio, pero menor exposición para las marcas.
No obstante, la realidad es que de la misma manera que sucede con otros productos de entretenimiento, el Super Bowl está experimentando un cambio en la forma en la que los públicos consumen el show.
Aunque la audiencia tradicional cayó 5 por ciento, el público que siguió el encuentro por streaming aumentó 31 por ciento (2.6 millones de espectadores), fenómeno que contribuyó a un aumento del 5 por ciento en el interés de las audiencias por seguir la temporada y los juegos previos al Big Game.
Cambio de cancha
Las cifras dejan en claro un cambio importante en los hábitos de consumo contenido de las audiencias que si bien no es nuevo, apenas parece ser evidente en el terreno de juego del Super Bowl.
Las conversaciones digitales relacionados con este partido aumentan entre 20 y 30 por ciento año tras año, según múltiples fuentes y de acuerdo con Adglow, el año pasado se publicaron 9,3 millones de tuits durante el evento, de los cuales 5,5 millones fueron lanzados en Estados Unidos. Finalmente, para esta edición, se estima que la participación digital incrementará 18 por ciento.
Esto deberá ser considerado con estrategia por las marcas así como por la liga y sus medios socios, los cuales quizá deberán ofrecer algo más de un spot de 30 segundos para seguir cobrando más de 5 millones de dólares por la aparición de una marca durante la transmisión.