El autor de esta frase es Joseph Goeebels, ministro para la ilustración pública y propaganda durante la Alemania Nazi, sin duda uno de los personajes más siniestros de la historia.
ÂżY por quĂ© traigo a colaciĂłn a Goeebles a pocos dĂas de la celebraciĂłn de los Reyes Magos, Navidad y Año Nuevo? Porque la siniestralidad dentro de la mente de este polĂtico alemán ha permeado a lo largo del Ăşltimo siglo en muchos de los regĂmenes fascistas y dictatoriales que se han establecido en el mundo; lo cual no es nada nuevo. Pero en Venezuela se ha dado un paso en una direcciĂłn nefasta.
Pero a finales del año pasado en Venezuela se dio uno de esos casos en los que la realidad supera la ficciĂłn. Con excepciĂłn de un puñado de paĂses (MĂ©xico entre ellos) la mayorĂa de las naciones del planeta cataloga el rĂ©gimen de Nicolás Maduro como una dictadura, y muchas son las acciones que ha llevado la cĂşpula polĂtica en ese paĂs para mantenerse en el poder. Por supuesto, la propaganda polĂtica ha sido una pieza fundamental.
La Ăşltima pieza dentro de la propaganda gubernamental venezolana es “SĂşper Bigote”, un cĂłmic, asĂ como Superman, que no sĂłlo tiene decenas de cortos que se pueden encontrar en YouTube, sino que tambiĂ©n tiene un muñeco fĂsico. Lo más indignante es que ese muñeco formĂł parte de los juguetes que entregĂł el gobierno venezolano en diciembre para los niños durante la Navidad (en Venezuela se suelen entregar los juguetes en Navidad, no en Reyes Magos).
Pero Âżcuál es la temática alrededor de SĂşper Bigote? Pues los temas abarcan los innumerables males que aquejan a la poblaciĂłn venezolana (inflaciĂłn, escasez, cortes elĂ©ctricos, entre muchos otros), pero tal y como instruye Goeebels la responsabilidad no recae sobre la administraciĂłn que este año cumple diez años en el poder (sin contar los previos 13 años de Hugo Chávez), sino de los opositores, en este caso Estados Unidos. Y Nicolás Maduro, “SĂşper Bigote”, “rescata” al paĂs de dichos males.
En Venezuela, desde inicios de los 2000 la Casa Blanca ha sido responsabilizada por todas las cosas negativas que suceden en LatinoamĂ©rica, y tambiĂ©n en el paĂs. Estos señalamientos se han hecho principalmente desde el discurso polĂtico. Ahora, dicho discurso ha tomado una nueva forma para dirigirse a un pĂşblico muy especĂfico: los niños.
Es la última atrocidad de un régimen que busca moldear la mente de los más pequeños para buscar asegurarse de que no haya ningún cuestionamiento, presente y futuro, sobre la ineficacia de su gestión. Porque a pesar de tener más de dos décadas en el poder, la responsabilidad de que la inflación en el 2018 superará el 130,000%, 600% durante el 2021 y 300% el año pasado es del Despacho Oval; asà como de la inexistencia de servicios públicos, la escasez, la falta de luz, entre otros.
Hace unos años leĂ un artĂculo en el que se citaba al profesor venezolano Antonio Pasquali (uno de los responsables de las teorĂas de comunicaciĂłn modernas basadas en la Ă©tica) en el que hablaba de la capacidad que tienen este tipo de regĂmenes por “inhabilitar” el pensamiento de sus conciudadanos a travĂ©s del discurso. Es decir, en la medida de que algo es repetido constantemente, un adjetivo calificativo por ejemplo, las personas expuestas a ese mensaje terminan “inhabilitadas”, segĂşn Pasquali, para interpretar la realidad de lo que sucede a su alrededor y su visiĂłn quedará predeterminada por el origen de dicho mensaje (en este caso el gobierno).
Todo este análisis me lleva a pensar en la importancia de los cĂłdigos, contextos e informaciĂłn que se deben tener en cuenta al momento de analizar, y más importante aĂşn, de transmitir un mensaje, para no quedar “inhabilitado” por el emisor original. Los regĂmenes de Venezuela, Cuba o Nicaragua llevan años haciĂ©ndolo; hoy Nicolás Maduro lo hace con un muñeco en Navidad para sembrar una semilla en la mente de los niños venezolanos, pero desde cualquier tribuna las premisas de Goeebels se pueden erigir para manipular a un paĂs.