Contar una historia de marca es indispensable para que una marca conecte con su audiencia y abra distintos canales de comunicación, mediante relatos inspiradores. Datos de TechNavio refieren que el marketing digital alcanzará una inversión global de 306 mil millones de dólares, lo cual es una buena noticia para el storytelling, por el contenido que las compañías deberán diseñar para redes sociales.

De acuerdo con Brand tales, algunas marcas necesitan controlar y eliminar ciertos términos de sus comunicaciones, ya que una mala estrategia de storytelling o poco auténtica puede despertar las críticas de cibernautas y usuarios. Además, la idea de que todo se produce en el ámbito de las comunicaciones corporativos debe ser una pieza de narración es erróneo y engañoso.

Otro aspecto para que el triunfo de historias exitosas no sea común hoy en día, según Ad Age, es porque las marcas quieren hacer el proceso en 30 segundos, ya que solo externan sus puntos de vista, más no crean una historia, además de que contar una historia de marca como si fuera cuento es otro error, donde compañías sobrecargan sus contenidos.

Según parece, el storytelling también es cuestión de creatividad, ya que para aplicarlo a un nivel superior se requiere de escritores de marca experimentados que tengan experiencia probada.

Una buena estrategia de storytelling debe tener tramas básicas, como superación de un reto, búsquedas, viaje y regreso, comedia, tragedia, entre otros elementos que diseñen una buena trama en el momento adecuado, es decir, un escritor debe hacer, sugerir, seguir las tablas de historias establecidas, interactuar con ideas.

Concretamente, narrar historias no es hablar de “sí mismos”, ni en cómo comenzaron, ni en qué hacen o por qué y para qué lo hacen, ya que la marca parecerá obsesionada por sí mismas y su discurso será aburrido y poco atractivo para el consumidor.