Estados Unidos es un país muy interesante en términos informativos, obsesionado en crear temas que parecen cimbrar su economía, sociedad o país. Son un país enfocado en los “big issues”. La nueva obsesión es la llamada transferencia de riqueza generacional o el Wealth Transfer, por la inminente transferencia de riqueza de los baby boomers a las generaciones más jóvenes, valorada en más de $50 billones de dólares. Esta transferencia, que incluirá tanto regalos en vida como herencias, está sustentada en la estabilidad del costo de vida, indicando que lo que era un millón de dólares para un baby boomer es lo mismo para un millennial.
Un buen punto de comparación para comprender si esto beneficiaría a los millennials es ver qué sucede en otro tipo de transferencias generacionales. En el contexto de empresas familiares, según la Cátedra de Empresa Familiar de la Universidad de Sevilla, el 80 por ciento de las empresas familiares no sobreviven a la tercera generación, siendo la falta de planificación de sucesión familiar la causa principal. Heredar o transferir riqueza no es garantía de prosperidad.
Esta enorme cantidad de dinero está en manos de los baby boomers, que han acumulado riqueza a través del mercado inmobiliario y la bolsa de valores, pero ellos enfrentan el desafío de los gastos de salud, que pueden mermar rápidamente sus ahorros. La transferencia de riqueza podría no llegar a manos de los millennials, ya que los baby boomers enfrentan costos de salud por encima de su capacidad de ahorro. Los pacientes de cáncer, por ejemplo, pueden gastar entre $1,000 y $20,000 dólares al año en tratamiento. La edad media al momento del diagnóstico de cáncer es de 66 años, de manera simplificada, la mitad de los casos ocurre en personas menores de esta edad y la otra mitad en mayores.
Los recursos que se esperan transferir de baby boomers a millennials podrían acabar en los bolsillos de laboratorios farmacéuticos o instituciones de salud, presentando un panorama mixto para las generaciones Gen X y millennials. Además, el aumento en los costos de atención médica subraya la vulnerabilidad de los ahorros destinados a la jubilación. En México y América Latina, aunque se carece de información exacta sobre este fenómeno, la construcción de patrimonio y herencia es diferente, pero el efecto podría ser similar: mucho ruido y pocas nueces.
Wealth Transfer en el mundo
El fenómeno del envejecimiento de la población es global. Datos de TheGlobalEconomy.com muestran que entre los países más grandes por población, Japón tiene el porcentaje más alto de jubilados, con el 29.92 por ciento de su población mayor de 65 años. Otros países con poblaciones significativas de jubilados incluyen Italia (24.05 por ciento), Alemania (22.41 por ciento) y Francia (21.66 por ciento). Estados Unidos también tiene una población anciana considerable, con el 17.13 por ciento mayor de 65 años. Estos porcentajes reflejan las tendencias demográficas hacia una población envejecida en los países desarrollados.
Ciertamente la generación de retirados en los Estados Unidos está en una posición de transferencia de riqueza, pero los datos indican que la situación financiera de la generación es menos sólida de lo que se podría pensar. Según cifras de Trasnamerica, los hogares retirados tienen menos de $289 mil dólares en ahorros, cifra menos a lo mínimo requerido para mantener calidad de vida según Fidelity un firma de planeación patrimonial.
El Wealth Transfer tendrá un fenómeno transformador en los millennials; no obstante, debemos ser cautos en asumir que esto cambiará el destino de la generación. Simplemente no ha sucedido en países con mayor número de retirados.