Las elecciones presidenciales en México estaño cae vez más cerca y antes que trabajar por ganar la preferencia de los votantes, uno de los grandes desafíos para los estrategas políticos estará en motivar el voto sobre todo entre las generaciones más jóvenes, toda vez que los millennials podrían definir al próximo presidente del país.
Así lo refiere datos reciente entregados por Instituto Nacional Electoral (INE), las cuales indican que este segmento de la población representan el 30 por ciento del total (88 millones de personas) de la población con capacidad para votar.
No obstante, un dato a resaltar es que entre los más jóvenes el interés sobre temas políticos es pobre. Durante el tercer trimestre de 2016, El Universal lanzó una encuesta que demostraba que sólo para el 24 por ciento de los mexicanos entre 12 y 29 años los aspectos políticos de la nación eran un tema importante.
Más preocupante es reconocer que, de acuerdo con el Índice Nacional de Participación Juvenil 2015-2016, el 40 por ciento de los jóvenes en el país se abstiene de participar en los procesos federales de elección, mientras que la cifra es aun más alta cuando de comicios locales hablamos.
Cuando el fenómeno se estudia entendiendo a la política como una marca que busca posicionar a sus candidatos, organismos e instituciones (como productos), tenemos que el desapego es el primer nivel en el que debería de trabajar el marketing político. Una opción desconocida no es una opción real; una marca no conocida, jamás será considerada como solución.
En esta linea conquistar al sector millennial no será sencillo y habrá que considerar algunos aspectos particulares que atañen a la forma de comunicarse así como conectar con esta generación.
Medios alternativos
El informe de Reuters Institute Digital News Report destaca que en México sólo el 19 por ciento de los encuestados piensa que los medios están libres de influencia política; no hay una opinión favorable acerca de independencia editorial, en especial en los medios mainstream de noticias como CNN, El Universal, Aristegui Noticias, TV Azteca, Reforma Televisa o la BBC por mencionar algunos citados en el estudio.
Este fenómeno es especialmente evidente en las generaciones más jóvenes razón por la cual un camino a seguir será utilizar medios y canales alternativos de comunicación de maneras innovadoras y estrategias.
Como ejemplo, resulta interesante mencionar el caso SimCity School of Politics una idea que respaldada por EA funciona con base en los gráficos y la imagen del popular juego de simulación SimCity, la cual fue diseñada y ejecutada en Japón para promover un modelo pedagógico en el que bajo normas de ensayo y error, los usuarios pueden discutir y simular políticas públicas que ya han sido aplicadas en el mundo real, con la intención de optimizar la participación de los más jóvenes en temas políticos.
Redes sociales para educar antes que promocionar
En México, una encuesta realizada por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados reveló que los ciudadanos están de acuerdo en que el gobierno a través de redes sociales proporcione información sobre acontecimientos relevantes (81.1 por ciento); recopile opiniones y peticiones ciudadanas (81 por ciento); promueva su imagen (50.4 por ciento); o brinde información de transparencia (87.7 por ciento).
Esto representa una gran oportunidad que desea capitalizada podría marcar la diferencia entre ser la opción o el candidato de los jóvenes a ser uno más dentro de la boleta.
Inclusión como bandera
La Encuesta Nacional de Valores en Juventud, elaborada por el Instituto de la Juventud y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM detalla que el 45 por ciento de los jóvenes no simpatiza con ningún partido político y que el 19.5 por ciento tiene la convicción de que los candidatos no cumplen sus promesas de campaña. El 22.1 por ciento de los jóvenes (casi un cuarto del total) piensa que que los proceso políticos apenas tienen algo de importancia.
EN buena medida esto responde a la carencia de un sentimiento de pertenencia. La imagen de las generaciones jóvenes se ha visto desvanecida ante la aparente necesidad de la política por privilegiar la experiencia.
Según datos recabados en el IPJ 2014, durante el cambio de administración de Felipe Calderón a Enrique Peña Nieto, 204 mil 354 personas jóvenes trabajaban en la administración pública. Para 2015 esa cantidad disminuyó a 121 mil 847, mientras que durante el año pasado se redujo a 104 mil 833. Esto quiere decir que cuando menos al cierre de 2016, sólo 2 de cada 10 funcionarios de gobierno son jóvenes en el país.
Un discurso centrado en la inclusión de ideas, propuestas y sectores de la población, por ejemplo, será bien recibido como herramienta para motivar e influir en el voto.