Por: Alex Castañeda
Twitter: @elaprendiz55
Todos hemos escuchado el término “Millennials”, yo lo conozco así, como un anglicismo. Existen otros término “Generación Y” o “Generación N”. Millennials, se refiere demográficamente a la misma generación “Y”. Aunque no hay fechas precisas de cuando la generación “Millennials” empieza o termina, algunos analistas la ubican en jóvenes cuyos nacimientos parten de los 80´s hasta principios de los 2000.
Este grupo humano, nace simultáneamente al advenimiento del internet y los teléfonos inteligentes envistiéndo su generación de características peculiares. Recientemente un artículo en “TIME” tocó el tema colocando esta generación como un grupo demográfico “no interesado en adquirir un vehículo automotor” por no encontrarlo interesante a la vez de no estar dispuestos a “obtener una licencia de manejo”. El artículo, que aparte cosecha la opinión de los fabricantes de autos, refiere que éstos aducían este comportamiento a la falta de fondos para adquirir uno y no al desinterés!. Pero parece haber mucho mas de fondo.
La generación “Y” ha sido llamada “N”, o, generación neutral, lo cual explica la razón del porqué los Millennials manifiestan su sentir en cuanto a poseer un auto. Existen estudios que muestran en este grupo una significativa tendencia a la baja en la obtención de licencias de manejo. Los Millennials, prefieren la vida y el transporte urbano y, sobre todo, la socialización “online” que en parte justifica la mínima necesidad de obtener (y poseer) un auto. Yo voy más lejos aventurando que esta generación, no sólo se encuentra menos interesada en poseer un auto… está muy poco inclinada en poseer cosas como: casas, muebles, objetos de valor u otros bienes duraderos. Hay datos que señalan que los jóvenes son menos ávidos en adquirir casas habitación y/o departamentos orientándose mucho más a rentarlos y compartirlos aduciendo esta preferencia al hecho que “la posesión representa sumisión e inmovilidad”. Mientras sus padres ascendieron a la clase media por vía de contraer matrimonio, adquirir una propiedad, hacerse de un auto y fincar un programa de retiro, esta generación se encuentra más interesada en el presente, la libertad de acción, la socialización urbana y sus consecuencias inmediatas.
Un estudio elaborado hace unos días, arrojó interesantes datos: 600 americanos -entre 18 y 39 años- que no conducen y no poseen licencias de manejar, fueron cuestionados acerca de las razones de ese proceder. 37% manifestaron encontrarse muy ocupados para ello. 32% dijeron que el costo era alto. 31% sustentaron su actitud en el “mooch factor”: la insignificante necesidad de poseer auto cuando pueden compartirlo, obtener aventón, tener un auto compartido bajo suscripción (que se puede dejar en cualquier sitio), o trabajar desde casa de manera remota. Y, finalmente, un 21% fueron enfáticos en declarar que “nunca obtendrían una licencia de manejo”, por ellos, La bici urbana ha venido ganando terreno en cientos de ciudades del mundo.
En cuanto a la posesión de metros para oficina, hay una creciente oferta de pisos con mesas compartidas (léase: “no oficinas compartidas”) donde, en compañía de perfectos extraños y en largas mesas de trabajo, los millennials laboran a sus anchas desde su lap.
Mi propia estadística no es, por desgracia, muy reveladora: Mi hija, hoy de 23 años, mostró un gran interés en la adquisición de su primer auto volviéndose una ávida investigadora de marcas y modelos mucho tiempo antes que su oportunidad llegara al terminar el High School. Mi hijo de 22, por el contrario, mostraba (y muestra) todos los síntomas de la Generación Millennium prefiriendo el transporte urbano y la compartición del “aventón” por compañeros de clase. Fue necesario demostrarle lo inconveniente en inversión de tiempo de los sistemas de transporte desde su domicilio a la universidad que accedió a visitar un concesionario automotriz para seleccionar uno.
Los Millennials, ven la posesión de un auto (y muchas otras cosas) como: “not cool” y es por eso que hemos visto surgir en todo el mundo empresas privadas e iniciativas oficiales asequibles vía app´s propiciatorias de la compartición de autos, (ride and car shering) aventones, taxis (lyft), bicicletas, casas, oficinas, ropa y muchas elementos que antes se consideraban personales y símbolos inequívocos de status y logro. Ya no parece ser tan cool poseer, sino… simplemente “ser”. Schopenhauer les daría seguramente la razón.
Sería interesante observar como la mercadotecnia debería reaccionar a estas tendencias y, ¡sí lo hará en tiempo!. Por el momento, hay que estar muy atentos evitando dar respuestas simplonas -como la de los fabricantes de autos- a estas manifestaciones ya que… con el crecimiento exponencial de la población mundial, el estrechamiento de los espacios físicos, el acortamiento de tiempos y distancias gracias a las telecomunicaciones y la telepresencia así como, el exponencial crecimiento de las compras vía internet, éstas irán afectando nuestra manera de ser, trabajar y socializar. La escala de lo que valoramos, cambiará de seguro.
Yo, claro está, soy Pre-Millennial, pero no dejo de reconocer que estos chavos, lo que probablemente si “posean”, es la razón.
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