Los medios de pago, poco a poco, se van diversificando. Las altas comisiones que cobran las tarjetas de crédito tradicionales y la utilización cada vez más extendida de los smartphones para canalizar operaciones comerciales, son algunas de las causas que van alterando un escenario que hasta hace algunos años parecía inamovible.
Además, influye la aparición de sistemas cada vez más difundidos de Buy Now Pay Later -BNPL- (o compra ahora, pague después).
Una pequeña muestra de estos cambios se puede ver en un informe de la firma australiana de análisis de datos Ilion, que sugiere que se está produciendo una variación masiva en la forma en ese país se financian las compras.
El estudio, publicado esta semana, dice que los consumidores australianos menores de 30 años usan medios de diferimiento de pago en la mitad de sus compras, pero solo el 10 por ciento de ese total lo hace con tarjetas de crédito.
Una razón puede ser, analiza Inside Retail, que los bancos tradicionalmente son reacios a dar tarjetas de crédito a los consumidores más jóvenes, a quienes consideran como un “grupo demográfico más riesgoso”. Sin embargo, también coincide con nuevos métodos de pago alternativos.
“Nos encontramos en un punto de inflexión en el ciclo de uso de tarjetas de crédito”, dijo el presidente ejecutivo de Ilion, Simon Bligh.
Para el especialista, mucho tiene que ver en esta tendencia “la evolución de las formas de pago que ofrecen a los consumidores más opciones, generando un sistema de crédito cada vez más fragmentado y competitivo”.
Esto es visto como una señal de alerta, tanto para los bancos como para los retailers. Estos últimos, a medida que cambia el panorama de formas de pagos, deben con urgencia considerar ofrecer opciones alternativas a las tradicionales.
“Los minoristas deben empezar a responder a los cambios en la forma en que los consumidores compran y pagan, especialmente cuando estos australianos más jóvenes ingresen en la edad adulta y constituyan una proporción cada vez mayor y más influyente de la población que realiza compras de relevancia”, dijo Bligh.
El estudio completo.
Capacidad de pago
Más allá de los cambios, el informe alerta sobre un problema: los menores de 30 años tienen el doble de probabilidades que sus padres de retrasarse más de dos meses en los pagos. Esto sugiere que tienen dificultades para equilibrar gastos y deudas, independientemente de su límite de crédito.
Según Ilion, “la probabilidad de no pagar la deuda de las tarjetas de crédito a tiempo aumenta si los consumidores tienen más de una tarjeta, y crece más si esas tarjetas son de varios bancos”.
Otra investigación, realizada por la Comisión Australiana de Valores e Inversiones, dice que uno de cada seis usuarios de los servicios de tarjetas de crédito se había sobregirado o demorado el pago de una factura porque sus obligaciones superaron su capacidad de cancelación.
Esto se debe al hecho de que tanto los bancos, las tarjetas de crédito y los mismos retailers permiten a los clientes comprar algo que puede estar fuera de la solvencia del cliente, poniéndolo en una posición de no poder cumplir con sus obligaciones.
Volviendo a la investigación de Ilion, a la que tuvo acceso Merca2.0, los hombres tienen el 56 por ciento de todas las tarjetas de crédito en Australia y son los que tienen más probabilidades de atrasarse en sus pagos.
Una forma de ver que el atraso es importante es a través de las cifras oficiales de las entidades bancarias del país: los usuarios de tarjetas de crédito deben 51.900 millones de dólares australianos, y más de 31.400 millones son por intereses por financianción y por demoras en los pagos.