Hablar de la generación millennial es referirnos a un sector de la población que se ha convertido en factor clave de la economía, por lo que también se han vuelto blanco de las estrategias de marketing de un gran número de marcas.
Los jóvenes menores de 35 años serán en los próximos diez años quienes representen el 74 por ciento de la población económicamente activa, de acuerdo con datos de la consultora Deloitte.
Pero, hay un sector que parece no ser el más atractivo para los millennial, al menos no el de mayor potencial es el inmobiliario. Esto debido a que son una generación que se distingue por prolongar el tiempo de residir en la casa de sus padres o, en el de rentar y, en muchos casos contar con roomies.
Así lo señalan diversos datos que resaltan los altos costos de las viviendas en el mercado actual, enganches difíciles de conseguir en el corto plazo y los planes de financiamiento.
Al respecto, un reporte del portal inmobiliario Lamudi señala que los millennial prefieren enfocarse en esquemas de vivienda en renta y vivir con roomies, motivados principalmente por tener un estilo de vida más libre y dinámico.
Pero, ¿por qué esta preferencia de elegir vivienda? Si bien, es cierto que esta generación -aquellos menores a 35- prefieren tener estilos de vida más libres, también lo es que no tienen muchas opciones para adquirir una vivienda.
En mercados como el de Estados Unidos, donde de acuerdo con Bank of America Merrill Lynch, una de las principales razones en la “demora” en la propiedad de la vivienda, (además de los cambios de estilos de vida) es un estándar de crédito más estricto. Otro factor es el promedio de pago inicial o enganche, que puede ascender al 20 por ciento del valor de la propiedad.
Esto ha llevado a algunos especialistas a hacer recomendaciones sobre qué gastos se pueden suprimir o aminorar para que los jóvenes de esta generación puedan ahorrar y ayudar a una posible compra. Según Strutt & Parker, una consultora inmobiliaria británica, se pueden disminuir: salir una noche a la semana de una pareja (8 mil dólares anuales); comidas en restaurantes o para llevar (3 mil 500 dls.); preparar desayuno en lugar de comprar (3 mil 400); vacaciones (900). Todo en conjunto podría representar un ahorro de casi 80 mil dólares en cinco años.
Este dato significaría mucho, más si se considera que el precio promedio de las viviendas los estados más costosos -y deseados) en Estados Unidos es de: Colorado (408 mil dólares), California (499 mil dólares) o Hawai (599 mil dólares), según datos de GoBankingRates.
Si esto lo transportamos a México, los retos no son muy distintos, según una encuesta realizada por HSBC, el 94 por ciento de los millennial que rentan o viven con sus padres espera comprar su propio inmueble en los próximos cinco años (actualmente sólo 46 por ciento es dueño de su casa).
De acuerdo con el reporte, la solvencia o liquidez financiera es el principal factor que dificulta la adquisición de una vivienda pues el 66 por ciento de quienes pretenden comprar en los próximos dos años, aún no posee lo suficiente para un enganche.
Una alternativa está en explotar el arrendamiento inmobiliario, un nicho que, de acuerdo con diversos especialistas, ha sido poco explotado por las desarrolladoras hasta el momento, pero que tiene gran potencial de crecimiento, por lo que aquellas que ofrezcan opciones que reflejen un equilibrio entre el costo y los beneficios, podrán crecer en el mercado.