Si somos humildes, la tecnología ha hecho posible lo imposible, y se supone que nos está solucionando la vida, a tal punto… que a mi me la está complicando. Tal cual. La ´digitalidad´ llega a abrumarme tanto y mi responsabilidad con esos perfiles, mensajes, memes, chats, post, tuits, actualizaciones, contraseñas, etc. Se ha convertido en un tema más en mi vida. Como si ya no fuera suficiente.
Pero son tantas las soluciones disponibles para ´casi todo´ que las App ya nos solucionan hasta el amor. Quizás el ámbito más difícil de todos. Esos rollos de ´no contesta’, ‘me dejó en visto’, ‘ya no le intereso’, ‘tiene a alguien más’, ‘esto no va por buen camino’, etc., ya están resueltos, que no cunda el pánico… Una nueva aplicación se está difundiendo así: “¿Quieres hablar con alguien de vez en cuando? Un novio invisible es el compañero definitivo a tu alcance, siempre dispuesto a escuchar”.
Es el novio (o novia perfecta), no existe (jajaja). La oferta consiste en una relación amorosa virtual con parejas invisibles, pero leales y permanentes, que es lo que a muchos les importa. Sí tiene un costo, pero bien vale la pena para enviar mensajes que nos contesten casi de inmediato, amorosamente, para que nos llamen, nos consientan y nos envíen fotos. Un mercado de suma utilidad para contrarrestar la soledad que tanto apremia hoy.
Digamos que el personaje (él o ella) no existe como tal, pero cobra vida gracias al trabajo de un equipo de personas que contestan los mensajes, llaman y hacen la buena labor de noviazgo virtual con todas los juguetes (así decimos en Colombia). Esta maravilla de servicio de noviazgo –con certezas y sin palomitas de visto tan dolorosas- es Invisible Boyfriend. Talentos escritores arman el romance y lo mantienen a través del chat, invaluable labor por el mundo.
Ya nadie tiene que buscar a la pareja ideal, que ciertamente no existe. Ahora se puede armar su perfil de edad, sexo, fenotipo, gustos, etc. Si alguien no es tan creativo para crear a su novio/a de cero, la misma aplicación presta el servicio de construir ese amor, desde el lugar donde se conocen, la primera cita y el resto de su devenir, con alta probabilidad de ser afortunado.
Esos amores cuestan, por ejemplo, 25 dólares por un paquete de 200 mensajes y una llamada. Eso para gringos y canadienses, los precios para usuarios de otros países son mayores. El smartphone va a ser la prueba máxima de que sí se tiene a alguien, de que uno es no es un invisibilizado por el amor, un discriminado por el romance.
Una alternativa muy atractiva para los no ´tocados por el amor´. Eso sí, los besos y revolcones toca buscarlos en otros App. Hay que diversificar necesidades.
(No es una burla, considero hacerme usuaria fiel)