Algunas decisiones de los gigantes del internet como Facebook y Google News han propiciado que una buena cantidad de medios de comunicaciĆ³n de varias latitudes prohĆban que sus contenidos sean publicados en estas plataformas, por considerar que sus polĆticas no son benĆ©ficas para el desarrollo de su trabajo periodĆstico ni sus modelos de financiamiento.Ā
Ejemplo de esto es la decisiĆ³n de uno de los medios de comunicaciĆ³n mĆ”s importantes de Brasil. A finales de la semana pasada, Folha de S. Paulo, el periĆ³dico mĆ”s grande de la naciĆ³n carioca, anunciĆ³ en un comunicado que dejarĆ” de publicar su contenido en Facebook, como respuesta al algoritmo de esa red social que privilegia la apariciĆ³n de contenidos de interacciĆ³n social, por sobre los contenidos periodĆsticos de calidad.
Y es que, a inicios de este aƱo, Facebook informĆ³ de un significativo cambio en su algoritmo, āla secuencia matemĆ”tica que decide quĆ© tipo de publicaciĆ³n aparecerĆ” en los muros de los usuariosā y advirtiĆ³ que a partir de ahora, aparecerĆ” mĆ”s contenido social (posts orgĆ”nicos de amigos y familiares) que el contenido de las fanpages, incluyendo el de los grandes medios de comunicaciĆ³n.
En el mismo anuncio, Mark Zuckerberg afirmaba que serĆan los usuarios de la red social quienes determinarĆan, mediante encuestas, cuĆ”les son las fuentes confiables de noticias.
La decisiĆ³n de Folha de S. Paulo (que el mismo medio considerĆ³ como inĆ©dita en todo el mundo) resulta sin duda arriesgada, pues no es novedad que una buena parte de los lectores de noticias de los medios actuales provienen de sus perfiles de Facebook y Twitter; en enero, el portal informativo recibiĆ³ a 35 millones de lectores, y mĆ”s de un tercio de ellos aterrizaron ahĆ desde una publicaciĆ³n de alguna red social.
Sin embargo, esto parece un porcentaje irrisorio ante lo que algunos medios nativos digitales reportan. Hasta hace un aƱo, BuzzFeed comunicaba que el 80% de su trƔfico web estaba impulsado por redes sociales como Facebook.
A pesar de este posible salto al vacĆo sin red de protecciĆ³n, los directivos del āFolhaā aseguran que, si bien esta decisiĆ³n ha ocasionado que sus visitas hayan disminuido dramĆ”ticamente, no es un medio que no estĆ© preparado para cambios como Ć©ste.
No obstante estos cambios, y en un reporte empĆrico, como la usuaria frecuente de Facebook que soy, puedo afirmar que la era de las fake news vive sus dĆas de gloria, a pesar de que el mismo Zuckerberg ha prometido en diversas ocasiones que la plataforma evolucionarĆa para evitar este tipo de contenido basura. Los usuarios de la red social mĆ”s grande somos testigos de la proliferaciĆ³n de noticias no sĆ³lo falsas, sino de calidad cuestionable, obtenidas de una falta de rigor periodĆstico, nula investigaciĆ³n de fondo y a todas luces, creadas bajo la voracidad de muchos medios por lograr millones de visitas y ganar mĆ”s dinero.
Otra noticia que no es nueva, pero que impactĆ³ la forma en que los medios de comunicaciĆ³n presentan sus contenidos, fue la que saliĆ³ a la luz a finales de 2014, cuando Google anunciĆ³ su decisiĆ³n de expulsar de su plataforma Google News a todos los medios de comunicaciĆ³n espaƱoles, pues la nueva ley de propiedad intelectual obliga a los buscadores a pagar a las casas editoriales un cargo por cada informaciĆ³n indexada.
Cabe reflexionar, ante los significativos cambios como los que aquĆ menciono, que el porvenir de los medios de comunicaciĆ³n actuales se encuentra, sin duda, anclado a los intereses de los enormes entes como las redes sociales y los buscadores, cuyo impacto afecta irrefutablemente a los generadores de informaciĆ³n periodĆstica, tanto en la parte editorial como en la parte comercial. El poder casi omnipotente y la influencia aplastante de los reyes de internet, tanto en el sector de noticias como en el resto, ha quedado demostrado una vez mĆ”s.