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Según el Departamento de Investigación de Merca 2.0, EEUU es el mercado más grande de asistente de voz en el mundo
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Tanto Alexa como Assistant son los jugadores más relevantes del mercado, en cuestión de dominio del segmento
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De acuerdo con eMarketer, hasta 36.6 por ciento de la población utiliza este tipo de programas
Siri, Assistant, Cortana, Alexa y hasta Beeb son nombres cada vez más comunes para las personas. Hoy en día, es difícil encontrar un individuo que no utilice un asistente de voz aunque sea de forma ocasional. Su amplio uso se ve reflejado en la forma que las compañías invierten para desarrollar sistemas más complejos o integrados. Pero también se puede notar en la lista cada vez más larga de tareas que pueden desempeñar.
Atar los zapatos de los usuarios es el nuevo elemento en esta lista. De acuerdo con The Verge, Nike acaba de presentar la nueva versión de su línea Huarache. Los nuevos Adapt Huarache, además de modernizar el diseño original, vienen integrados con un motor. El asistente de voz de Apple, Siri, puede controlar este sistema para que las agujetas de los tenis se aten solas. Con un sistema LED, también se puede ordenar al programa cambiar el color del calzado.
¿Existe un límite para el asistente de voz?
Conforme estos programas se vuelven más sofisticados y pueden intervenir en más tareas, se les ha puesto a cargo de una enorme cantidad de actividades. Pringles utilizó a Alexa como la protagonista de un comercial para el Super Bowl pasado. Carrefour diseñó un asistente de voz a inicios de 2018 para facilitar el proceso de hacer el mandado. Incluso se empieza a ver a estos softwares como una parte fundamental del proceso de compra.
Pero, ¿sería posible que la penetración del asistente de voz pueda llegar demasiado lejos? No es una pregunta nueva. TechCrunch apunta, conforme incrementa el uso de estos programas, más usuarios temen por la privacidad de sus datos. Por otro lado, CNet señala que el software puede servir como puerta para que los hackers infecten y hasta controlen otros dispositivos. A eso hay que sumarle los otros retos más sociales y personales que explora The Atlantic.
Hasta ahora, las tareas de las que está a cargo un asistente de voz son suficientemente inocentes y simples. Pero con la llegada de más dispositivos inteligentes, es muy probable que sus funciones vayan a multiplicarse. En ese sentido, marcas y consumidores deben vigilar qué tan lejos quieren dejar que llegue el alcance de esta tecnología.