Muchas veces cuando estamos empezando en el mundo del vino cometemos algunos errores inconscientes que pensamos no afectarán en absoluto al vino o la experiencia que tenemos con él, pero conforme vamos aprendiendo un poco más y disfrutamos el vino, aprendemos que esos pequeños detalles sí son relevantes.
Algunos de los errores que cometemos son los siguientes:
Tomar el vino en cualquier tipo de vaso: muchas veces se nos hace más cómodo o fácil el poder usar cualquier tipo de vaso para tomar el vino, pero esto no ayuda al vino de ninguna manera, por un lado, muchas veces no podemos ver el vino y por lo tanto no nos damos cuenta de sus colores o bien algún posible defecto como sería un vino turbio. Los aromas igualmente no se expresan de la misma manera cuando usamos una copa a un vaso de unicel por ejemplo.
Temperatura: tenemos que tomar en cuenta que la temperatura del vino es clave para disfrutarlo de forma plena. Un vino demasiado frío pierde muchas de sus características, así como un vino a temperatura muy alta resalta notas que no son tan agradables en los vinos. Para darles un ejemplo real, imagínense que es sábado y tienen una comida. Ustedes salieron de su casa desde la mañana y guardaron el vino durante todo el día en la cajuela. Para cuando llegan a la comida el vino está súper caliente y agitado. Si nos tomamos el vino así como esta en ese momento, la experiencia definitivamente va a ser muy mala y no es lo que queremos con un vino.
Llenado de copa: como mencionábamos anteriormente, la copa de vidrio/cristal son la mejor opción para degustar el vino, pero muchas veces el error es que llenamos la copa casi hasta el tope y esto tampoco es bueno por varias razones. Una de ellas es que es más fácil que se nos caiga la copa, ya que pesa mucho más y si la agarramos mal desde abajo, seguro se nos va a voltear. El vino se calienta, al tener mucho vino en la copa nos tardamos más en tomarnos la copa lo que va haciendo que se vaya calentando si nos tardamos mucho en tomarla. Por último, no se pueden detectar bien los aromas en la copa, ya que no podemos girar la copa para airear el vino y apreciarlo mejor. Lo recomendable es servir entre un tercio a mitad de la copa cuando mucho. El único caso que pudiera ser diferente es en la copa de espumoso en donde esta sí se sirve a ¾ de la copa.
La forma de tomar la copa: ya que servimos el vino en la copa, es igual de importante el cómo tomamos la copa con el vino. Lo ideal es siempre tomar la copa del tallo o de la base, no tomar la copa del cáliz, ya que aquí se dan dos efectos, uno de ellos es que nuestra temperatura corporal va a subir la temperatura del vino de forma rápida haciendo que muchas de sus características agradables se pierdan, y la segunda es que en caso de tener loción o perfume en la mano, esto afectará la apreciación del vino ya que lo único que vamos a percibir serán los aromas a perfume y los del vino se perderán o pasaran a segundo plano.
Maridaje tradicional: por último, algo que normalmente nos pasa es que seguimos lo que hemos escuchado acerca del maridaje tradicional, en otras palabras, los vinos blancos son para pescado y los tintos para carne. Les recomiendo que se animen a probar distintos tipos de vinos con distintos alimentos, créanme que se van a llevar una sorpresa muy grande cuando le den la oportunidad a un vino tinto joven con algún pescado o bien un vino rosado con algún pollo o con el chile en nogada, o bien algún vino blanco con barrica con alguna carne sin grasa. El chiste es probar y que encuentren lo que más les gusta.
Espero que estos consejos les sirvan a que puedan disfrutar un poco más este apasionado mundo del vino.
Salud!!