El Instituto Mexicano de Cinematografía y Fidecine son las instancias que resultarán beneficiadas con el cobro de un peso que desde enero se incluirá en cada boleto que emitan las salas cinematográficas de México.
La medida fue aprobada por el Congreso y representará en teoría una entrada de capital de aproximadamente 200 millones de pesos durante 2003, ya que al parecer será fácil que las distribuidoras se amparen frente a este nuevo impuesto.
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