A la hora de optar por ser elegido o promovido en un puesto de trabajo, las habilidades e historial de trabajo son parte de los factores que se toman en cuenta, pero también entran en juego, la actitud y la personalidad del candidato, y como esta se conjugaría con el resto del equipo.

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Un interesante artículo publicado en Business News Daily  cita la opinión de Robert Hogan, psicólogo y presidente de la empresa proveedora de tests de personalidad  Hogan Assessments, quien comenta que existe gran cantidad de datos que refuerzan el que la personalidad de un empleado puede predecir su desempeño en el trabajo mejor que otros indicadores y por ende debería dársele mayor peso a la hora de tomar decisiones sobre el personal.

En este sentido, el consultor estratégico y consejero de investigación de la consultora estratégica Metros Grupo, Carl Persing, coincide en señalar que la personalidad tiende a motivar y guiar a las personas, en sus carreras, pues gracias a ellas, suelen elegirse determinados trabajos, además de afectar la forma en la que se encaja en éstos.

A la hora de contratar empleados, según Eric Heggestad, psicólogo industrial y organizacional y profesor de la Universidad de North Carolina, se toman en cuenta características básicas como las aptitudes organizacionales y la capacidad de cumplir con las demandas del cargo, pero cuando se trata de promover a dichos empleados, la personalidad se convierte en un factor de mayor importancia, porque se buscan otros factores como carisma o habilidad para motivar al grupo, y esto aumenta a medida que se escala posiciones donde debe haber más control de personal.

Tomando como base su investigación, datos y experiencia, Heggestad propone los cinco tipos de personalidad que son más susceptibles de obtener una promoción en su lugar de trabajo:

• La persona de la ‘gente’. Aquella persona que gusta a sus compañeros, clientes, jefes, etc. Suele tener una personalidad agradable y placentera, le gusta estar con otros y los demás la pasan bien cuando se está junto a ella. Este tipo de personas son buenas como gerentes o lideres de equipo, por sus cualidades.

• El ‘delegator’. Cuando se llevan a cabo tareas en grupo, entre los empleados siempre hay alguno que destaca porque asume de forma natural su posición de líder (sin que haya sido designado o tenga tal cargo) al  tiempo que sabe como distribuir las tareas dentro del proyecto según las habilidades de los miembros del equipo, así como brindar un feedback positivo según las labores realizadas.

• El ‘Adaptable’. Aquella persona que se adapta rápidamente a cualquier tipo de tarea o reto, se ajusta fácilmente también el ambiente de trabajo. Su inteligencia e intuición le ayudan a entender como debe adaptarse dentro de nuevas situaciones.

• El Decisor. Son personas decididas y con confianza en si mismas a la hora de tomar decisiones, que encajan a la perfección en posiciones de liderazgo. Su habilidad para escoger la dirección en la que se debe ir, de forma rápida y efectiva, es esencial para posiciones que requieran de estrategas.

• La persona ética. Sin importar cual sea el rol del empleado, las acciones de esta persona son guiadas por su sentido de la ética y la integridad. Esta persona no compromete su moral o trata de surgir a expensas de sus colegas.

Por último, Hogan recomienda que si se va a utilizar algún tipo de instrumento de medición de las personalidades, para tomar en cuenta este factor a la hora de decidir quien será promocionado, lo recomendable es basarse en pruebas validadas y reconocidas sobre medición de rasgos de la personalidad.